La DC italiana reitera su negativa a gobernar con el PCI
Con la negativa de la Democracia Cristiana a la participación de los comunistas en el futuro Gobierno italiano y la sensación de que las elecciones legislativas del domingo no van a despejar el difícil panorama político de la República, la campaña electoral se cerró la pasada medianoche, y la jornada de hoy, sábado, queda dedicada a la reflexión antes de la apertura de las urnas.El primer partido de Italia, la Democracia Cristiana, por boca de su secretario general, Benigno Zaccagnini, dejó bien claro ayer tarde en Bolonia que «permanece la irreconciliabilidad entre la DC y el Partido Comunista». Pidió a los votantes que den al partido -que lleva 33 años ininterrumpidamente en el poder- su sufragio «para conjurar el peligro de una alternativa de izquierdas», que según los observadores no existe.
El actual primer ministro, Giulio Andreotti, matizó algo más esta oposición al PCI y dijo por televisión que él no colaborará en un Gobierno ajeno a la línea política de unidad nacional. «Creo en ella profundamente», precisó, «y estoy convencido de que cambiar de línea sería un gravísimo error.» Andreotti justificó la negativa democristiana a una entrada directa de los comunistas en un Gabinete de coalición explicando que, además de la evidente diversidad ideológica entre la DC y el PCI, existirían «incomprensiones» a nivel internacional y temores de una fuerte reacción de la extrema derecha.
Por su parte, el Partido Comunista celebró su mitin de cierre de campaña en Roma con la participación de Santiago Carrillo, quien leyó su intervención en italiano para reiterar sus ataques al terrorismo y subrayar la necesidad de una política de solidaridad nacional.
Por último, el dirigente socialista, Bettino Craxi, afirmó en otro mitin que, tal como se ha desarrollado la campaña, su partido iría a la oposición.
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