Primeros plenos sin debates políticos de fondo

Sin apenas discusión política transcurrieron ayer los dos plenos que tenía convocados el Ayuntamiento de Madrid. El pleno extraordinario comenzó a las once, con un minuto de silencio por las recientes víctimas de actos terroristas ocurridos en Madrid, para dar paso a cuatro decretos de la alcaldía por los que se nombran otros tantos delegados de servicios. Tres socialistas, Eulogio Malo, Francisco Gutiérrez y Ramón Herrero, se encargarán, respectivamente, de Abastos y Mercados, Saneamiento y Medio Ambiente y Acción Vecinal.Por último, con el voto en contra de los concejales ucedistas, que aludieron una vez más a la coalición social-comunista, contra la cual anuncian las medidas que estirnen convenientes, fueron nombrados los siete representantes municipales en Mercamadrid (sólo uno del PCE, Ramón Tamames).

Destacaba, entre los temas que componían el orden del día del pleno ordinario, el informe favorable que el Ayuntamiento eleva al Instituto Nacional de Urbanización (INUR) sobre la modificación realizada en el Plan Parcial de la Meseta de Orcasitas, que ha de permitir la construcción de 2.000 viviendas.

El primer punto del orden del día hacía referencia a una prórroga de contrato de veinticinco trabajadores que habían colaborado en la modificación del censo electoral para las municipales del mes de abril. Sin embargo, el tercer teniente de alcalde, José Barrionuevo, pidió la palabra para informar del acuerdo adoptado por los tres grupos políticos que componen el Ayuntamiento para conseguir, mediante la convocatoria de las correspondientes oposiciones, que los contratados que hoy quedan en el Ayuntamiento alcancen la categoría de funcionarios.

En el turno de ruegos y preguntas, el concejal ucedista Eduardo González Velavos tomó la palabra para abordar el tema de los ruidos que produce el aeropuerto de Barajas y pedir que el Ayuntamiento tome las medidas oportunas, en contacto con las autoridades centrales de aviación civil.

El alcalde, Enrique Tierno, intentó, como de costumbre, ser el moderador de la situación, para evitar que se produjeran situaciones tensas. Cortó la discusión cuando consideró que el debate subía excesivamente de tono y aun se permitió intervenciones jocosas para relajar la discusión. Tal ocurrió cuando el primer teniente de alcalde, Ramón Tamames, al hablar sobre el problema que suponen los minusválidos -planteado por un concejal de UCD- se refirió a «los de esta banda». Las risas de los asistentes hicieron que el alcalde aclarara: «Bueno, bueno, señores, entendamos que ha dicho babor y estribor. »