Tito inicia hoy una visita a la URSS "amistosa y de corta duración"
El presidente yugoslavo Josip Broz Tito inicia hoy una «visita amistosa y de corta duración» a la URSS, mantendrá un encuentro al más alto nivel con el jefe del Estado Soviético, Leónidas Brejnev, que trata de demostrar la existencia de una evidente mejora en las relaciones entre ambos países, después del enfriamiento iniciado con la reconciliación chino-yugoslava y acentuado en los últimos meses por la posición del Gobierno de Belgrado en los recientes conflictos vietnamita-camboyano y chino-vietnamita.
En recientes declaraciones Tito señalaba, con su peculiar estilo independentista, que «nadie conseguirá jamás imponer sus dictados a nuestro país». La referencia hacia los dirigentes del Kremlin era concreta. La prensa moscovita no llegó a reflejarlo. Al contrario, en los últimos días se ha procurado crear un ambiente amable hacia la visita del casi nonagenario líder yugoslavo.Treinta y un años después de que el Kominfomn expulsase a Yugoslavia de la órbita de los países socialistas afectos a las orientaciones stalinistas, las relaciones entre ambos países han pasado por numerosas fases de deshielo y de nuevas tensiones. Fue Nikita Kruchev quien, después de siete años de hostilidades, hizo un viaje amistoso a Yugoslavia al término del cual fue firmada la «declaración de Belgrado», que significó un importante acuerdo de principios entre los dos Gobiernos. Entre los años 1962 y 1968, se produjo un período de acercamiento hacia la URSS, que se vio frenado por la invasión de Checoslovaquia, condenada por yugoslavos y rumanos.
En 1976, Tito decidió participar en Berlín Este en el Congreso de los partidos comunistas europeos y también estuvo presente en la «cumbre» de los países no alineados, con quienes reforzaría sus relaciones. Este mismo año, del 15 al 17 de noviembre. Brejnev visitó Yugoslavia y por primera vez, desde 1948, se readmitió con todos los honores al régimen yugoslavo en la órbita de los países marxistas-leninistas. En el comunicado final se hicieron concesiones políticas por ambas partes: «Debe existir libertad de elección de los diversos caminos para el desarrollo socialista y prommover la cooperación de camaradas entre ambos países y partidos en el espíritu de las enseñanzas de los grandes ideales de Marx, Engels y Lenin». rezaba el citado documento.
El último encuentro entre ambos jefes de Estado fue en agosto de 1977. Como consecuencia del mismo, la Unión Soviética aumentó sus créditos a Yugoslavia. Meses más tarde, la reconciliación Be1grado-Pekín provocó la irritación soviética, acentuada en agosto del pasado año con la visita del presidente Hua Guofeng a Belgrado.
En los momentos actuales en que la URSS parece limar asperezas con el régimen de Pekín, la visita a Moscú del presidente yugoslavo puede ayudar a soslayar divergencias políticas con terceros países, como es el caso de Bulgaria, con quien el régimen de Belgrado mantiene una dura polémica por culpa del estatuto autonómico que disfruta Macedonia. Por otra parte, la cooperación económica entre la Unión Soviética y Yugoslavia es muy fuerte y aumentará posiblemente en el transcurso del presente año.
Presidencia colectiva
El presidente Tito reiteró ayer sus advertencias contra la política de bloques y reafirmó la política de no alineación de Yugoslavia, según informa Efe, desde Belgrado.
Tito hizo estas declaraciones en un discurso pronunciado ante el Parlamento, que ayer confirmó la reelección, para un nuevo mandato de cuatro años, de los nueve miembros de la presidencia colectiva del Estado.
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