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Compromiso entre dos tendencias enfrentadas del Partido Nacionalista Vasco

Los dos sectores que han venido definiéndose en los últimos meses en el interior del PNV llegaron a un compromiso durante la asamblea regional del partido en Vizcaya, celebrada el sábado en Portugalete. El compromiso se concreta, por una parte, en la ratificación de la actual dirección provincial -Bizkai Buru Batzar (BBB)- y, por otra, en un acuerdo de principio para adaptar los actuales estatutos, que datan de hace 47 años, a la situación actual.

Aunque el conflicto entre los dos sectores tiene su origen en las distintas posiciones enfrentadas durante la asamblea nacional celebrada en Pamplona en marzo de 1977, la polarización de las mismas se produjo a raíz de la elección de la dirección provincial de Vizcaya, en diciembre pasado, y el posterior nombramiento de los candidatos del partido para las legislativas del 1 de marzo. El sector vizcaíno -identificado con la figura de Antón Ormaza, presidente del BBB y caracterizado por sus posiciones más radicales desde el punto de vista nacionalista- se enfrentó en ambas ocasiones con el sector de los parlamentarios, identificado en particular con el diputado señor Arzallus y caracterizado por unas posiciones más abiertas a la negociación política y a la modernización de las estructuras partidistas.Los estatutos internos del PNV, aprobados en 1932, prevén, entre otras medidas destinadas a garantizar la independencia del partido, la imposibilidad de ocupar simultáneamente cargos en la estructura partidista y cargos de representación popular, sea en el Parlamento, en el CGV o incluso en los organismos forales o municipales.

El sector vizcaíno se opuso, ateniéndose a la letra de los estatutos, al levantamiento de ésa incompatibilidad en determinados casos a conocidos dirigentes del partido que eran a la vez parlamentarios o miembros del CGV. Eso fue produciendo un cierto enfrentamiento entre la dirección de Vizcaya y la dirección nacional, cuyo presidente, Garaicoetxea, hubo de mediar recientemente para evitar consecuencias mayores.

Fruto de esta mediación fue el acuerdo de presentar a la asamblea de Portugalete una moción conjunta en la que, aparte de ratificar en sus puestos a los quince componentes de la dirección de Vizcaya (BBB), se proponía iniciar un debate, con participación de toda la base, sobre la conveniencia de actualizar los estatutos y demás normas reglamentarias.

El pleito sindical

De todas formas, en los medios políticos vascos se considera que el tema de los estatutos es sólo una parte del verdadero conflicto, que tiene raíces ideológicas y políticas más de fondo. El hecho de que en la lista presentada por el sector vizcaíno fuera evidente la presencia de candidatos directa o indirectamente relacionados con la central sindical ELA (a), escisión del viejo sindicato nacionalista. ELA-STV, fue en su día denunciado por el señor Arzallus como un intento por parte de este sector de intentar poner en cuestión a nivel provincial la línea que resultó mayoritaria en la asamblea de Pamplona. Posteriormente, el principal inspirador de ELA (a), Juantxu Beitia, fue expedientado y suspendido por dos años a raíz de un artículo, aparecido en el órgano de prensa de dicha central. En el fondo de la polémica estaba la acusación del presidente de la ELA-STV oficial, según la cual la rama disidente había sido financiada por el industrial señor Olarra.Prueba de que el pleito está lejos de haber quedado zanjado es el hecho de que, hace apenas unos días, el tribunal de Vizcaya del PNV decidió «dar por inválida en lo que a esta provincia se refiere la sanción impuesta al afiliado Juan Beitia», según el texto oficial de la resolución correspondiente.

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