Preparativos para un amplio debate sindical en el XXVIII Congreso del PSOE
La actuación del PSOE en el terreno sindical puede convertirse en la cuestión más importante del XXVIII Congreso de dicho partido, después de los temas politico-ideológicos. A cinco días de la inauguración del congreso, distintos sectores socialistas, en especial los más relacionados con UGT, dibujan dos posibles alternativas: incrementar la capacidad de dirección del partido sobre el sindicato o aceptar un papel más importante de los cuadros sindicales en el seno del PSOE.
Ambas alternativas básicas se fundamentan en el deseo común -expresado en todos los proyectos de ponencia sindical- de que los militantes del PSOE trabajen más en el seno del sindicato UGT y procuren mejorar su organización y disciplina en el mismo. Esta preocupación se debe a la relación de fuerzas de UGT con Comisiones Obreras, que otorga a esta última central la primacía sindical, y al decisivo golpe al sindicato ugetista que podrían suponer las próximas elecciones sindicales, inicialmente previstas para el otoño o invierno próximos. El propio secretario general del PSOE, Felipe González, ha declarado que «es necesario dar una respuesta al voto socialista de Comisiones Obreras, que es bastante numeroso», en frase que puede constituir el reumen de las preocupaciones del PSOE respecto al tema. A su vez, el secretario general de UGT de Madrid, Jesús Prieto, opina que «si los socialistas no consiguen el equilibrio o la hegemonía en la relación de fuerzas en el campo sindical, el voto obrero irá pronunciándose hacia el área comunista, con lo cual podríamos estar en los prolegómenos de una situación a la italiana».Proyectos existentes
Pese a estos síntomas de preocupación sindical, los proyectos de ponencias específicas enviadas por las agrupaciones de base no son demasiado numerosos, a diferencla de lo que ocurre con los temas políticos u organizativos, y probablemente se acudirá a soluciones de última hora, tras debates «en vivo» durante las sesiones del congreso.
La ponencia de Alicante propone que los socialistas impidan la creación de tendencias organizadas dentro de UGT, y denuncia enérgicamente al movimiento asambleario o asambleísmo, «por demagógico, antirrevolucionario y contrario a los verdaderos intereses de la clase trabajadora», así como «la creación de sindicatos amarillos, propiciados por la patronal, los antiguos verticalistas y los partidos de derechas». Y entiende que «es necesario planificar y acelerar la acción sindical de los socialistas en el seno de la UGT, de lo que se deriva la importancia que ha de tener la secretaría sindical».
Más de cuarenta agrupaciones de Asturias se han puesto de acuerdo en una ponencia única, que pone el acento en la necesidad de que la estrategia sindical decidida por la dirección del PSOE, sea aplicada por los militantes de dicho partido en su acción sindical, «pues los compañeros ugetistas afiliados al partido tienen el deber primordial de cumplir la disciplina del PSOE en su lucha sindical».
La ponencia de Barcelona plantea el problema desde otra perspectiva: se trata de que el PSOE respete «los principios y atributos que caracterizan al sindicalismo ugetista y de un modo especial lo que se refiere a la autonomía del sindicalismo de UGT. Los militantes socialistas afiliados a UGT están obligados a respetar, difundir y defender, con toda energía y libertad, los principios y los acuerdos de UGT como sindicalistas de afiliación política socialista».
Existe otro tipo de psoturas, en las que predomina la utilización de procedimientos expeditivos para poner orden en la tarea s indical. Así, se lee en la ponencia de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) que la no afiliación a UGT de un miembro del PSOE debe significar la apertura automática de un expediente de expulsión; de ahora en adelante, todo aspirante a ingresar en el PSOE habrá de ser ya miembro de UGT, «salvo que pueda probar que la actividad profesional a la que se dedica no es susceptible de afiliación sindical»; siempre que a un militante del PSOE se le sancione de alguna manera en la UGT «automáticamente se le abrirá un expediente en el partido», etcétera. Además de la prolija explicación de posibilidades disciplinarias, la misma ponencia establece que, «en el momento actual, la acción de los militantes del PSOE en la UGT estará enfocada priorítariamente a consolidar y mantener la coherencia ideológica de esta central, a reforzar sus estructuras y a dar la máxima eficacia a la acción de la Unión como tal».
Algunas ponencias de Madrid plantean que las decisiones de los grupos sindícales socialistas vinculan disciplinad amente a todos los militantes del partido, que en ningún caso podrán sostener públicamente opiniones contrarias a las resoluciones aprobadas (Chamberí), mientras otras (Hortaleza), refuerzan la idea de que un sindicato sin un partido político afin «está abocado al fracaso».
Aspiraciones autogestionarias
En fin, existen proyectos de ponencias en los que se presta menor atención a la relación PSOE-UGT y en cambio se hace hincapié en ciertos objetivos de la lucha sindical frente al capital. Así, la de Valencia dice que, considerando que un objetivo fundamental del PSOE es la transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad colectiva, y teniendo en cuenta que la transformación radical de empresas privadas en empresas autogestionadas «seguramente sería catastrófica, además de inviable en los momentos actuales», un primer paso podría ser una ley que otorgue a los trabajadores una participación en los beneficios de las empresas, lo cual, además de suponer un ingreso adicional, daría acceso a la contabilidad de las empresas, como primer paso hacia la «cogestión y, finalmente, a la autogestión»
Este conjunto de temas, entresacados de distintos proyectos de ponencias, puede dar idea de las cuestiones planteadas; pero fuentes solventes consideran probable la adopción final de un texto más completo y coherente, para el cual será necesario esperar al debate correspondiente.
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