"El eurocomunismo no ha muerto", afirma Marchais en el congreso del PCF
El eurocomunismo no ha muerto, afirmó ayer el secretario general del Partido Comunista francés (PCF), Georges Marchais, durante la lectura del discurso (150 folios) de apertura del XXIII Congreso que celebra el partido en Saint-Ouen, barriada periférica de París. En este informe al congreso reafirmó la oposición del PCF a la ampliación del Mercado Común y las tesis de política interior y exterior que han adoptado los comunistas en Francia tras la ruptura de la Unión de la Izquierda.«Los comunistas franceses proponemos para Francia una vía hacia el socialismo y un socialismo caracterizados, por ejemplo, por el pluralismo de partidos, por el recurso regular al sufragio universal y el respeto de su veredicto.» Más adelante, el señor Marcháis, subrayó que «esta trayectoria coincide con las de otros partidos comunistas de los países capitalistas». Y concluyó que «esta convergencia se ha calificado de eurocomunismo», añadiendo aún que «los profetas que anuncian la muerte de este fenómeno político nuevo se engañan o engañan».
Tras esta revalorización del eurocomunismo, aquejado desde la cumbre de Madrid, en 1977, por senas divergencias entre los comunistas españoles, franceses e italianos, el señor Marchais reiteró la oposición del PCF a la ampliación del Mercado Común. En este plano exterior, condenó el estalinismo, pero confirmó el «balance global positivo de las sociedades socialistas» y, al analizar el panorama de la política internacional, evidenció la aceptación por el PCF de la estrategia diplomática soviética.
En el dominio de la política interior del PCF, el secretario general refrendó la nueva línea política practicada desde que, en la primavera de 1977, los comunistas decidieron abandonar la Unión de la Izquierda, porque esta última favorecía electoralmente al Partido Socialista: unión, pero a partir de las luchas en la base y no en la cumbre es decir, a nivel dirigente. Condena del PS que se ha convertido en un recurso de la derecha. Esfuerzos crecientes para consolidar el partido que, en los próximos años, «puede alcanzar el millón de militantes». Proposición de reemplazar la expresión, definitoria del partido, de marxismo-leninismo» por la de «socialismo científico». Mantenimiento del centralismo democrático, «que es lo contrario de la manipulación de los dirigidos por los dirigentes», y rechazo tajante de «las tendencias o de los intentos de crear tendencias y de la negación del papel de las direcciones elegidas y responsables a todos los niveles».
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