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Calvo Sotelo pide explicaciones en París por los comentarios del presidente francés Giscard d'Estaing

El ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Leopoldo Calvo Sotelo, se entrevistó ayer con el actual presidente del Consejo de Ministros de la CEE y ministro francés de Exteriores, Jean François Poncet. En su conversación, de más de una hora de duración, el ministro español, cortés pero enérgicamente, manifestó a su interlocutor los sentimientos que le inspiró la reciente declaración del presidente galo, Valery Giscard d'Estaing, relativa al retraso de las negociaciones hispario-comunitarias, como consecuencia de los retrasos sucesivos de la visita del presidente Adolfo Suárez a París. Fuentes autorizadas francesas declararon a EL PAÍS que «la declaración del presidente no modifica en nada la actitud favorable del Gobierno respecto a la adhesión española».El señor Calvo Sotelo, en una rueda de prensa ofrecida ayer a la prensa franco-española, en la embajada de España, insistió varias veces en que se había dirigido al señor Poncet en tanto que presidente en ejercicio de la Comisión de Bruselas. Parece ser que en el marco de una conversación sobre las perspectivas de las relaciones comerciales España-CEE, el ministro español abordó la ya célebre frase del presidente, señor Giscard, para puntualizar los comentarios que le inspiraba: primero, el señor Calvo Sotelo, personalmente, estimó ante el señor Poncet que en el párrafo insólito del presidente francés se echaba de menos la exactitud y el rigor con los que habitualmente suele expresarse. El ministro expuso ante el presidente de la Comisión de Bruselas que los aplazamientos de la visita de Adolfo Suárez respondían a razones demasiado evidentes: un ciclo electoral en España que, prácticamente, ha terminado hace sólo algunos días, con las municipales y la formación del nuevo Gobierno. «Suárez -explicitó el señor Calvo Sotelo- no podía venir a París con ministros, teóricamente dimisionarios, a resolver problemas importantes.» Por otra parte, añadió: «Hasta ahora no se ha producido ningún retraso en las negociaciones, que siguen la pauta prevista, ni el Gobierno pretende acelerarlas más allá del ritmo conveniente, según la importancia de lo que se negocia.» En segundo lugar, el señor Calvo Sotelo acentuó ante el señor Poncet un dato, en su opinión, muy importante: las negociaciones España-CEE son negociaciones comunitarias y no bilaterales, «aunque, naturalmente, es muy importante la posición de cada uno de los países miembros».

En opinión del ministro español, la visita aplazada del señor Suárez no es previsible que se realice antes de la celebración de las elecciones europeas, el próximo día 10 de junio. En efecto, los gaullistas y los comunistas, enemigos de la ampliación de la CEE, en plena campaña electoral se encontrarían con un argumento suplementario para fustigar la postura oficial francesa, favorable a la adhesión española. Este argumento, que aconsejaría ahora al Gobierno francés el aplazamiento de la visita del señor Suárez, dificulta más la posible explicación del párrafo presidencial del viernes último. Ni razones de política interior, ni las plausibles razones electorales del momento parecen explicar totalmente la «acusación» giscardiana.

Un portavoz autorizado, interrogado anoche por EL PAÍS sobre la significación que cabía darle a la declaración del señor Giscard, respondió: «Esta declaración no cambia en nada la posición del presidente y del Gobierno, favorable a la adhesión española. Ahora bien, existen problemas técnicos, por ambas partes, y hay que entender que cuanto antes se aborden, al más alto nivel, más se y acelerará la negociación. No hay que buscarles otra interpretación a las palabras del presidente.»

La entrevista del señor Calvo Sotelo con el señor Poncet, según afirmó el ministro español, ya estaba prevista desde hace diez días para estudiar las relaciones comerciales hispano-comunitarias y para establecer el calendario de la negociación que se realizará durante las seis semanas que median hasta que finalice la presidencia francesa de la Comisión de Bruselas. A la conversación asistieron los embajadores de España en Francia, Miguel Solano, y de Francia en Madrid, señor Margerie, así como el presidente del Coreper, señor De la Barre de Nanteuil. El señor Calvo Sotelo también se entrevistó con el ministro francés de Industria, André Giraud, a quien también le interesaban los problemas comerciales España-CEE a la vista de las últimas normas económicas adoptadas por el Gobierno de Madrid.

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