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Se agrava la crisis minera en El Bierzo

La crisis de la minería de antracita puede producir serias modificaciones en el mercado del carbón térmico de León y Asturias, según fuentes empresariales relacionadas con el sector de hullas, donde se teme que los suministros que anteriormente recibía la central de Compostilla (Ponferrada), propiedad de ENDESA, deriven hacia las térmicas de La Robla (León), Guardo (Palencia) o Asturias, que se abastecen de las minas de hulla de la región. La primera de estas centrales -perteneciente a Unión Eléctrica, con una potencia de 270 megavatios y un consumo anual próximo a las 800.000 toneladas- ha comenzado a limitar la recepción de carbones, tras acumular unos stocks de 400.000 toneladas, suficientes para cubrir el consumo de más de cinco meses. Fuentes relacionadas con la dirección de la empresa manifestaron ayer a EL PAÍS que las citadas limitaciones se debían a un exceso de producción de las minas, algunas de las cuales han vuelto a abrirse tras la última subida de los precios del carbón, y no a dificultades financieras, como se había señalado recientemente en la prensa local. Sin embargo, fuentes de la Hullera Vasco-Leonesa, una de las primeras empresas mineras de la provincia, señalaron que en los últimos meses se habían producido retrasos en el pago de las entregas de carbón, aunque añadieron que la empresa, como principal proveedora de la central térmica, no había sufrido hasta ahora ningún recorte en los cupos contratados.

Por otra parte, un portavoz de la patronal minera de antracita señaló también ayer que habían o a detectarse las primeras restricciones en la recepción de carbón en la central térmica de Compostilla.

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