Messner, pionero de la escalada sin oxígeno, en Madrid
Hoy, a las 9.30 de la mañana, el famoso escalador austríaco Reinhold Messner presentará su último libro La conquista del Everest. El acto, en el cual estará presente el propio Messner, se celebrará en el INEF. El autor comentará su ascensión, realizada sin máscara de oxígeno, y se proyectará la serie de fotografías realizadas durante la ascensión.El Everest, vencido por primera vez el 29 de mayo de 1953 por el neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tensing, se ha convertido ya en menos «mito» de lo que era hace años. Las dificultades de su escalada residen casi exclusivamente en la altitud. Cuando las montañas se escalan muchas veces dejan de tener su atractivo. En el caso del Everest, como en todo el Himalaya, otro punto a tener en cuenta es la estación, para evitar las tempestades, pues a más de 8.000 metros, o incluso a alturas inferiores, deben ser necesariamente mortales.
El gran paso de Reinhold Messner fue practicar un nuevo tipo de escalada sin medios de respiración como ayuda. Ello requiere un perfecto entrenamiento y una aclimatación no menos importante. A ciertas alturas la falta de oxígeno es grande y cualquier esfuerzo supone un riesgo grande de perder el conocimiento. El mal de altura ha sido causa de muchos accidentes entre los montañeros, incluso a menores altitudes. Pero los escaladores muchas veces prefieren prescindir del peso del equipo y la propia dificultad de respirar con la máscara. Messner ha logrado escalar ya muchas montañas y es un pionero de la ascensión sin oxígeno.
El desafío es otro libro anterior de Messner. En él cuenta las vicisitudes sufridas en 1975 en dos expediciones; la primera, italiana, al Lhotse, cuarta montaña más alta del mundo, con 8.511 metros; la segunda, tres semanas después, al Gasherbrum I, de 8.068 metros, en el Karakorum. El mal tiempo, los aludes y las dificultades, aunque dos veces llegaron a la zona de la muerte en su intento de coronar la pared sur, hicieron fracasar la primera. En el segundo caso, con su amigo Peter Habeler, después de unos comienzos dramáticos, alcanzó el éxito.
