La marihuana del hijo de Carter causa problemas al servicio secreto
Las frecuentes visitas del hijo menor del presidente Carter, Jeff, y de su esposa, Annette, a una casa de las afueras de Washington han obligado al servicio secreto, encargado de la seguridad del presidente y su familia, a instalar un sofisticado equipo de vigilancia electrónica alrededor de la casa en cuestión.
Sobre los motivos que llevan al joven matrimonio Carter a ir dos o tres veces por semana a la casa de Arlington, el diario Washington Post citaba a fuentes cercanas a la familia diciendo que van allí a «oír música rock y fumar hierba».En su edición del pasado domingo, el citado diario indicaba que la decisión de instalar un sistema electrónico de protección, en vez de la presencia de agentes del servicio secreto, en la casa visitada regularmente por los Carter, se debía a que algunos agentes se habían declarado «incómodos» en un lugar donde se estaba fumando marihuana.
Este aspecto fue posteriormente desmentido por el servicio secreto, que confirmó, en cambio, la instalación del sistema de vigilancia electrónica. Compuesto por sensores ultramodernos, este sistema permitirá a los agentes encargados de proteger al hijo del presidente vigilar la casa desde una camioneta estacionada en una calle cercana. Hasta ahora, los agentes permanecían en el sótano de la casa, mientras Jeff y Annette Carter se hallaban en ella.
La inquilina de la casa, que trabaja en la Casa Blanca, negó que allí se fumara marihuana, aunque añadió que eso le parece algo tan insignificante que no comprende cómo alguien le dedica su atención. Rhonda Bush, que es muy amiga del matrimonio Carter, dijo también que los discos preferidos de Jeff son los de Pink Floyd, Super Tramp y Bruce Springsteen.
Jeff y Annette Carter, ambos de veintiséis años de edad, viven en la Casa Blanca y visitan la residencia de su amiga en Arlington, a unos diez kilómetros, tres veces por semana, generalmente, de 7.30 de la tarde a once de la noche. Según Rhonda Bush, el matrimonio puede allí relajarse, escuchar música y charlar sin «preocuparse de quién entra por la puerta».
El servicio secreto justifica la instalación de los sistemas de seguridad por el mucho tiempo que pasan los hijos del presidente en esa casa, y dice que los retirará en cuanto el matrimonio Carter deje de visitar la casa de Arlington.
El joven matrimonio declinó, a través de un portavoz, hacer cualquier comentario sobre las alegaciones de su afición a los porros, y la secretaria de prensa de Rosalynn Carter dijo que «Jeff y Annette no comentarán ningún tipo de especulaciones sobre su vida privada»
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