Sorpresa general por la escasa dureza de las intervenciones deUCD

«Las intervenciones de los tres partidos han estado en un tono correcto. Los ataques al pacto de PSOE-PCE por parte del partido gubernamental se han basado en unos argumentos infantiles, pero creo que, en general, se podrá llegar a un entendimiento.» Simón Sánchez Montero se mostraba satisfecho ayer tras la toma de posesión de la presidencia de la Diputación provincial por el socialista Carlos Revilla.Las manifestaciones de los asistentes al pleno eran coincidentes onlas de Simón Sánchez Montero. La ausencia de enfrentamiento verbal apaciguó también los ánimos de los asistentes. Por lo demás, muy pocas figuras políticas se acercaron a Miguel Angel, 25.

Dentro de la sala, en la zona destinada a prensa e invitados, estaba el alcalde, Enrique Tierno, quien llegó con un cuarto de hora de retraso y se fue en el momento en que Carlos Revilla era proclamado presidente («Aprovechando el tumulto me vuelvo al Ayuntamiento»). Javier Solana desde la tribuna pública aplaudía aparatosamente la intervención de los socialistas.

Alonso Puerta, segundo teniente alcalde, llegó casi al final del acto y se fue poco después de que éste concluyera. Todo el tiempo se mantuvo especialmente serio. Probablemente, su preocupación fuera las dimisiones de los tres miembros de la ejecutiva de la Federación Socialista Madrileña. (Véase EL PAIS de ayer.)

En la misma tribuna estaba también el ucedista Antonio Vázquez, también bastante serio y limitándose a aplaudir las intervenciones de Enrique Castellanos.

Al final, Jose Prat («Estoy muy contento con que Carlos Revilla se haga cargo de la Diputación. Las intervenciones de los tres partidos han estado dentro de un clima cordial») le decía al dimisionario Juan Barranco que tenían que hablar seriamente. («Quiere que retire mi dimisión», explicó Juan Barranco a EL PAIS).

Enrique Castellanos, con la presidencia perdida, no perdió su tono jocoso habitual. «Vamos a hacer una oposición responsable. El acto ha estado muy bien, y especialmente mi intervención. Ahora, vamos a ver qué hacen los del parto de los montes, dijo para referirse a socialistas y comunistas. Aunque que quede bien claro -concluyó- que aquí los mayoritarios somos nosotros y ellos son simplemente la suma de dos minorías.»

Las felicitaciones finales se repetían ca si monótonamente en los pasillos y salas de la planta baja del edificio («Procuren no subir arriba que puede haber hundimientos», advertían alarmados los conserjes de la Diputación), hasta que hacia las 2.30 de la tarde el nuevo presidente salió del edificio.