La muerte de Leopoldo Alas

En «Cartas al director» del viernes 30 de marzo, he leído en la carta de Aquilino Forniés, de Madrid, el testimonio sobre la «Ejecución de Leopoldo Alas».Desgraciadamente son pocos los testimonios de que podemos disponer, para saber la verdad o pasajes de la vida de figuras españolas, que pagaron con su vida la defensa de sus convicciones democráticas y la libertad del pueblo español.

Pero gracias a esos hombres que convivieron con aquéllos que el régimen necesitaba «silenciar» vamos, poco a poco, y por medio de sus testimonios, conociendo la verdad, y que con valentía denuncian y desenmascaran los últimos momentos en que se enfrentaron al «más allá».

Quisiera brindarle al señor Forniés, aunque posiblemente él ya lo conozca, un pequeño pasaje en la vida y gran humanidad del que fuera hijo de «Clarín», para lo cual transcribo de la obra Oviedo y los ovetenses:

«Garrafundia, cantor de catecismo de la Corte tutelado por don Paciente Mori y dirigido por Joaquín Villa, sobrino (inútilmente) del obispo de Mondoñedo, protagonista de infinidad de anécdotas y golpes humorísticos, en permanente estado de embriaguez, a quien Leopoldo Alas, hijo, regaló su abrigo en la.cárcel ovetense, el día antes de ser fusilado.»