"La URSS ha aprovechado la confusión en ciertas áreas para obtener ventajas tácticas"
Desde la derrota"en la guerra de Vietnam, Estados Unidos parece haber experimentado un retroceso psicológico en sus planteamientos geopolíticos y de defensa de sus intereses estratégicos alrededor del mundo. Espoleado por la crisis iraní, el nuevo equipo norteamericano en política exterior, dirigido por el principal asesor del presidente Carter en cuestiones de seguridad, Zbigniew Brzezinski, trata de elaborar una nueva estrategia de su política internacional. El ex profesor de la Universidad de Columbia explica, en esta entrevista mantenida con los directores del semanario U. S. News and World Report, que EL PAIS publica en exclusiva en España, cuáles son las coordenadas de esta nueva política exterior estadounidense.
Pregunta. Señor Brzezinski: los críticos afirman que la Administración Carter ha temido utilizar el poder militar norteamericano en áreas de crisis. ¿Es cierto?Respuesta. Sé que existe tal critica, pero no creo que tenga fundamento. Lo cierto es que en las crisis de los últimos dos años las circunstancias claramente mitigaban la necesidad de una manifestación directa o la presencia del poderío norteamericano.
Por ejemplo, en el cuerno de Africa, la parte que se sentía amenazada por una invasión de terceros era culpable ella misma de intrusión territorial. En otras áreas los asuntos no estaban demasiado claros o, como en el caso de Afganistán, el área estaba muy lejos del alcance del poder norteamericano.
En Yemen del Norte la crisis implicaba ayuda externa y claramente amenzaba nuestros intereses. Esta crisis pedía la respuesta mesurada y responsable que ordenó el presidente. Creo que nuestra respuesta inyectó un nuevo sentido de confianza en los que dependen de nosotros y señaló a otros que estamos dispuestos a utilizar la fuerza-cuando sea necesario para proteger nuestros intereses importantes.
P. ¿Cómo evalúa usted la situación norteamericana en el mundo de hoy? ¿Es la Unión Sovietíca quien hace los grandes avances?
R. Sólo tiene que comparar nuestra situación de hoy día con lo que era hace unos años para notar considerables mejoras. No existe duda alguna que entre la última parte de los años sesenta y mediados de los setenta la posición diplomática norteamericana en el mundo se deterioró en la mayoría de las regiones, mientras que la de la Unión Soviética estaba en ascendencia. Hoy día esta tendencia está en retroceso. Por primera vez desde la segunda guerra mundial tenemos simultáneamente buenas relaciones con Japón, China, Indonesia e India. Estos son cambios importantes que nos dan un amplio margen para hacer frente a los desaflos. En los últimos dos años la posición norteamericana ha mejorado en Latinoamérica, y también ha habido mejoras en nuestras relaciones con Africa.
"Carter ha realizado conquistas de carácter duradero"
P. Pero aún quedan problemas.R. Sí, pero déjeme continuar. El presidente ha realizado ciertas conquistas que son de carácter duradero.
Los tratados del canal de Panamá hacen posible una relación más sana y duradera con Latinoamérica. El tratado de paz entre Egipto e Israel puede ser el punto de partida para un acuerdo global en el Oriente Próximo. La normalización de nuestras relaciones con China ha transformado de una manera importante nuestras relaciones con el Lejano Oriente.
Tenemos ahora un programa de evaluación de la ruta del petróleo, la base de un fondo común que esperamos contribuya a unas relaciones más saludables entre los países ricos y los pobres, y un programa a largo plazo de defensa que facilitará la mejora y la modernización de la defensa colectiva de la OTAN.
Todos estos cambios representan reformas estructurales, no simplemente trucos de corto plazo o un esfuerzo de conseguir éxitos espectaculares.
P. ¿Y los problemas que aún enfrentamos?
R. Existen ciertos retos más inmediatos que son perturbadores y serios. Uno de ellos es el «arco de inestabilidad» en el océano Indico, donde las condiciones internas ofrecen a nuestro principal rival, la Unión Soviética, la oportunidad de aprovechar la confusión en aras de ganar objetivos tácticos. Otro problema es la carrera de armamentos. Aquí esperamos combinar una mayor estabilidad nuclear a través de SALT II con un programa para conseguir fuerzas convencionales y estratégicas más potentes. En los próximos años ganaremos confianza en nuestra habilidad de mantener la estabilidad durante los años ochenta.
P. ¿Por qué el Gobierno Carter ha sido tan duramente criticado por su indecisión en asuntos exteriores?
R. Por una parte, vivimos en un mundo de creciente complejidad, un mundo que no se puede reducir a descripciones simples, como: «Estamos luchando por libertad en contra del hitlerismo o el estalinismo.» Los fenómenos que tratamos hoy día son más complicados: incluyen conflictos raciales, ideológicos y sociales.
Otro problema es que nuestro poder no es tan decisivo como lo fue en otra época. Este país también ha sufrido una crisis filosófico-cultural muy profunda ,como resultado de la guerra de Vietnam y el escándalo Watergate. Tan sólo ahora nos estamos recuperando de esta crisis.
Esto puede provocar un mayor deseo para demostrar de una forma más directa y clara que Estados Unidos tiene la fuerza y la voluntad y el sentido de dirección histórico para proteger sus intereses.
Pero muchos de los problemas a los que nos enfrentamos hoy día no se prestan a soluciones simples como «use el poder», «nombre el enemigo» o «actúe decisivamente ». En el futuro, tal vez tengamos que formular una política que, inevitablemente, será difícil de explicar, con el fin de afrontar las tendencias sociales e históricas del extranjero.
Por ejemplo, necesitamos tener un conocimiento más positivo y profundo del significado histórico del renacimiento islámico. Al fin y al cabo, esta es una civilización vital, una religión importante, una forma de vida para un gran porcentaje de la población mundial.
No existe ninguna razón para que los norteamericanos sean hostiles a un renacimiento islámico. Es un fenómeno religioso con raíces en ciertos valores básicos que no son ajenos a la tradición cristiana. Y a pesar de esto, muchos norteamericanos, instintivamente, están perturbados por este acontecimiento.
"Haremos un esfuerzo para cooperar con Irán"
P. ¿Sugiere usted que Estados Unidos y la nueva República Islámica de Irán puedan cooperar?R. El sha era un amigo íntimo nuestro. No obstante, nosotros cooperábamos con él no basándonos en algo personal, sino porque él representaba a un país importante: Irán. Irán todavía perdura. Tiene un nuevo Gobierno y un nuevo sistema político. Tenemos intereses en común, uno de los cuales es el mantener la independencia del país. Creemos que los intensamente religiosos y patrióticos iraníes tienen un firme interés en mantener su independencia. En tanto sea practicable, haremos un esfuerzo para cooperar con ellos.
P. Cuando Carter envió buques de guerra al océano Indico, y armamento a Yemen del Norte, ¿respondía en contra de más aventuras soviéticas o, simplemente, a las críticas de que él había sido indeciso en la política exterior?
R. En primer lugar, nuestra preocupación por el conflicto entre los dos Yemen estaba muy relacionada con nuestro interés por la seguridad de la península arábiga. Respondíamos a las legítimas necesidades de nuestros amigos, quienes se sentían amenazados por una turbulencia alimentada con ayuda exterior. Los que sugieren que el presidente actuó de una forma oportunista no le conocen muy bien. El tiene un concepto fundamental del papel de Norteamérica en el mundo y no es fácilmente empujado a tomar acciones emocionales.
Es un líder extremadamente racional, frío y deliberado, que mide con precisión los pros y los contras con respecto a cualquier tipo de acción norteamericana, especialmente acción militar.
Fue la opinión del presidente de que el conflicto. que se desarrollaba en Yemen suponía el peligro de creciente inestabilidad en una región donde tenemos intereses vitales. Esto pedía acciones por nuestra parte para asegurar a nuestros amigos, y para demostrar nuestra preocupacíón de una forma muy clara a todos los demás.
"Los problemas de las SALT son más técnicos que políticos"
P. ¿Habrá una fuerte presencia militar norteamericana de ahora en adelante en Oriente Próximo?R. Tenemos que tener mucho cuidado con lo que hacemos. No podemos de una forma mecánica trasplantar los métodos y las ideas que utilizamos en Europa occidental, que nos llevó a la formacíón de la OTAN.
En el Oriente Próximo estamos dentro de un contexto histórico completamente diferente. La mayoría de los países de esa zona sólo muy recientemente se han desprendido de los últimos rasgos de colonialismo. Son extremadamente sensibles a la presencia de tropas extranjeras. Hasta Sadat ha manifestado que no tiene interés en tener bases norteamericanas en terreno egipcio. Creo que esto hace más conveniente un modelo de conversaciones informales, consultas y respuestas ad hoc a problemas particulares quepuedan surgir.
P. Señor Brzezinski: ¿por que tardan tanto las negociaciones SALT II?
R. No sé por qué las negociaciones son tan lentas, como no sea que los problemas.son increíblemente complejos.
La Comisión Especial de Coordinación, que ha estado formulando nuestra posición negociadora durante estos últimos dos años, se ha estado reuniendo una. o dos veces por semana. Algunas veces, durante horas. Tan pronte resolvemos un problema, la solución trae consigo misma dos o tres problemas más.
P. ¿Qué parte de la demora se debe a razones políticas?
R. Los problemas son más técnicos que políticos, aunque cada lado teme que el otro puede estar intentar-do ganar una superioridad unilateral.
No obstante, hemos llegado a una etapa en el desarrollo de armamento que produce dinámicamente complicaciones en forma geométrica.
Después de resolver uno o dos de los problemas de negociación, los expertos señalan que tal resolución crea problemas interesantes sobre tal o cual forma de identificar un sistema de armamento o una u otra implicación para el desarrollo de un sistema conexo de armamento.
Todo esto implica la necesidad de nuevas clarificaciones y entendimientos con los soviéticos. El hecho de que tenemos sistemas diferentes de armamento complíca aún más el asunto.
P. ¿Cuáles son nuestras necesidades estratégicas?
R. Me refiero a las cosas que conoce el público: Trident II y los misiles más avanzados, un método más seguro de apoyo para nuestros nuevos sistemas basados en tierra, y en los de largo alcance, los diferentes tipos de misiles Crucero, que serán introducidos en nuestro arsenal. Estas cosas, en una forma acumulativa, nos proporcionarán la manera de mantener suficiente igualdad estratégica como para damos la confianza de que ningún enemigo nos podrá derrotar en un conflicto o nos podrá intimidar y, de esta manera, conseguir alguna ventaja para sí mismo.
P. Considerando la pérdida de equipos de control de inteligencia en Irán, ¿cómo podrá convencer al Senado de que la obediencia por parte de la Unión Soviética a las limitaciones del tratado puede ser verificada?
R. No creo que será un problema insuperable. A pesar de la importancia de las instalaciones que manteníamos en Irán, no eran únicas para nuestra confianza en nuestro poder de verificación.
P. ¿Espera que los últimos toques del tratado podrán ser resueltos en una cumbre Carter-Brejnev?
R. Si. Espero que cualquier cabo suelto, hasta los más importantes, puedan ser atados en una reunión cumbre.
P. ¿Cómo responde a las críticas de que alguna confusión en la política exterior norteamericana se debe a diferencias entre usted y el secretario de Estado, Cyrus Vance?
R. Me permito decir que alrededor de un 80% (tal vez un 90%) de todos los informes sobre presuntos conflictos entre Vance y yo son o grandes exageraciones o, en algunos casos, completamente fabricados. Han existido diferencias en algunos asuntos. Pero nunca fueron tantas o tan intensas (y, desde luego, nunca personales) como se ha sugerido. El es un magnífico secretario de Estado.
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