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Las "reliquias" del general De Gaulle, en venta

Una cierta emoción y una controversia, zumbona en ocasiones, se ha manifestado en la opinión gala al conocer la noticia de la venta de varios objetos personales del general Charles de Gaulle. Su familia más allegada, efectivamente, acaba de anunciar que, por razones financieras, va a abrir al público La Boisserie, que fue la casa de campo del general, en donde se retiraba a descansar, y donde pasó los diez años de desierto, entre 1948 y 1958, y donde, finalmente, falleció en 1969, un año después de haber perdido el poder, al fracasar el referéndum que organizó sobre la regionalización.Paralelamente, el próximo día 7 de junio, se pondrán a la venta trescientos objetos y libros que pertenecieron al «hombre del 18 de junio». Se trata, ha explicado la familia, de regalos que le ofrecieron al general, en tanto que hombre de Estado francés, presidentes o personalidades extranjeras. Por ejemplo, entre los libros figura una Biblia antigua que le regaló el que fue canciller alemán, Conrad Adenauer. El almirante Philippe de Gaulle y demás familia han puntualizado que todos estos objetos «no son muy personales».

La razón expuesta públicamente para justificar el negocio ingeniado por los familiares del fundador del gaullismo alude a las dificultades económicas. Parece ser que el mantenimiento de la casa de campo es demasiado costoso y los De Gaulle no poseen fortuna personal. Por su lado, el general, al abandonar el poder, renunció al sueldo que le correspondía como antiguo presidente de la República. Su viuda, Yvonne de Gaulle, abandonó el año pasado La Boisserie y se internó en una casa de ancianos en París.

Entre los herederos espirituales del general De Gaulle, algunos han comprendido el asunto, pero otros, por el contrario, no han ocultado, temblando, la primera idea que se les ha venido a la cabeza: «Ya me imagino, decía ayer uno de ellos, en una casa mexicana, por ejemplo, al lado de una fotografía-recuerdo, autobiografiada, de Marylin Monroe, una "curiosidad" con su leyenda correspondiente, explicando que perteneció al general De Gaulle.»

Los gaullistas más asustados lanzaron ayer inmediatamente una, suscripción nacional para comprar los trescientos objetos el día que se pongan a la venta, y naturalmente, liberarlos así de destinos malsanos. La Agrupación por la República (RPR), el movimiento gauilista que dirige Jacques Chirac, aprobó, inmediatamente esta última idea.

Por unas u otras razones, la opinión gala ha encajado el negocio De Gaulle con comentarios diversos. Para algunos, la idea familiar está en la línea del más puro pensamiento gaullista, en su testamento, el general, había explicitado que, al morir, no deseaba pompas y festejos oficiales, pero que todos los hombres y mujeres de la tierra podrían venir a visitarlo al cementerio de Colombey les Deux Eglises, en donde se encuentra. La Boisserie. Ahora, en efecto, los turistas, franceses y extranjeros, podrán realizar el peregrinaje: al campo santo y después darse una vuelta por la casa campestre del general.

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