Protestas de los centristas en la constitución del Ayuntamiento valenciano
Fernando Martínez, cabeza de lista de los concejales del PSOE, resultó elegido ayer alcalde de Valencia, entre las protestas de los concejales de UCD, quienes acusaron a sus oponentes socialistas y comunistas de autoritarios y antidemocráticos. La constitución de la nueva Corporación valenciana se ha celebrado con dos días de retraso, debido a la demora en la entrega de credenciales por la Junta Electoral.El señor Martínez ha resultado elegido gracias a los votos del PSOE y el PCE, que superaban a los trece de UCD y al del concejal de la Unión Regional Valencianista (URV). Durante el acto de toma de posesión, el Ayuntamiento ostentaba la bandera nacional, la de la ciudad de Valencia y la oficial del Consejo Preautonómico -la cuatribarrada sin franja azul- que despertó las iras de los concejales centristas, quienes, en una posterior información a la prensa, destacaron su ilegalidad. Una multitud de valencianos abarrotaba el salón de sesiones del Ayuntamiento, donde se observaba, con respecto al día anterior, la ausencia del crucifijo y del busto de Franco.
El presidente de la mesa dio lectura a la fórmula de juramento, a la que los concejales de UCD respondieron con las palabras: sí, juro; los del PSOE y PCE, con la frase: sí, prometo por el pueblo y la Constitución, y el representante, de URV, con un escueto sí, prometo. Durante todo el acto hubo numerosos enfrentamientos verbales entre el público.
Posteriormente, los representantes de UCD en Valencia hicieron llegar una nota de protesta a los medios informativos, en la que destacaban su total disconformidad con «la autoritaria y poco democrática actuación del PSOE y el Partido Comunista del País Valenciano (PCPV) en la constitución del nuevo Ayuntamiento».
«No se nos ha dado -dice textualmente la nota de UCD- la menor oportunidad para participar en la elaboración del orden del día de los actos constitutivos, por lo que declinamos toda responsabilidad. Debe resaltarse -continúa la mencionada nota- que los acuerdos de la izquierda no acaban en la elección de alcalde, sino que se proyectan hacia el futuro, puesto que los cargos de responsabilidad repartidos entre los dos partidos recuerdan demasiado el reparto de una tarta y margina por completo a UCD, relegando a sus concejales al papel de oposición.»
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