Nuevo intento de Tarradellas de relanzar la derecha catalana
El presidente de la Generalidad mantuvo el pasado domingo una entrevista de seis horas de duración con el industrial Pedro Durán Farell, en un nuevo intento de buscar un relanzamiento de la derecha y el centro en Cataluña, particularmente maltrechos después de las elecciones municipales. El encuentro, llevado a cabo con toda discrección, en la casa del industrial, no dio resultado positivo.
Como se recordará, el pasado mes de noviembre fue ofrecida a Durán la presidencia de la organización catalana de UCD, mientras que, desde la Generalidad, se pretendía que encabezara un hipotético bloque a constituir por UCD y el partido de Jordi Pujol. En fuentes responsables EL PAIS ha sabido que la negativa de Durán a participar activamente en política es ahora aún más rotunda que en el pasado otoño.Fuentes de la propia Generalidad informaron a este diario que Tarradellas es consciente de que el tiempo juega en su contra, en particular después de los resultados electorales del 3 de abril. Las fuentes precisaron que esperan una maniobra desesperada de Tarradellas para mantener su preeminencia personal, pero que les resulta imposible concretar las características de la operación, ya que el viejo esquema de formar un conglomerado en base al partido de Pujol y UCD es hoy por hoy impensable.
Actualmente, la intención de Tarradellas es operar a través de los mecanismos de la Generalidad, cuya regulación da unos enormes poderes personales a Tarradellas. La hipótesis más viable es la de provocar una crisis de la institución autonómica y designar un consejo de «independientes». La extensa entrevista con Durán hay que situarla en este marco.
Ortínez en la cuerda floja
Por otro lado, las fuentes daban como muy posible un cese de Ortínez en la Consejería de Gobernación. Ortínez ha ocupado este cargo sin la brillantez que su capacidad personal permitía intuir. «Tarradellas -afirmó una fuente- es capaz de esterilizar la labor de cualquiera. Ahora afirma que Ortínez no desarrolla una labor positiva, cuando ello es consecuencia de la sistemática actitud de neutralización de todo lo que no sea su preeminencia personal que caracteriza a Tarradellas.» La fuente agregó: «Ortínez tiene los días contados.»En la reunión del Consejo de ayer, Tarradellas evitó referirse a los tres temas que él mismo había lanzado a través de la prensa el día anterior: la posibilidad de que retrasara su viaje a Madrid, su oposición a la manifestación convocada por la izquierda para el próximo día 22, en demanda del Estatuto, y su deseo de que se constituyan ayuntamientos de unidad catalana (lo cual es deseado por UCD, que está siendo marginada en los consistorios por las restantes fuerzas).
En privado, Tarradellas ha estado manifestando a todos sus interlocutores de los últimos días que la izquierda busca «otro 6 de octubre de 1934. Con ello desea señalar que el actual empuje autonomista de la izquierda en Cataluña procede no tanto de su ideario político como de un pretendido despecho al no haber ganado las elecciones a nivel de España, pero sí en Cataluña. Dejando aparte esta mínima coincidencia electoral, comparar 1934 con la actualidad aparece como grotesco a ojos de socialistas y comunistas.
Como única carta aún en manos de Tarradellas destaca la aún confusa postura poselectoral del Gobierno Suárez. En este sentido, el viaje de Tarradellas a Madrid puede resultar decisivo. Mientras, el presidente de la Generalidad se encuentra inquieto ante el hecho de que el actual ministro del Interior no se despidiera oficialmente de su persona cuando abandonó su anterior cargo en Barcelona.
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