Socialistas y comunistas votarán en público para evitar presiones en la elección de alcaldes

Los concejales del PSOE y del PCE votarán públicamente, enseñando la papeleta de su voto a un miembro del otro partido respectivamente, en el acto de elección de alcalde, en aquellos ayuntamientos donde sea operativo el pacto de apoyo mutuo suscrito por ambos partidos, con el fin de obtener el máximo número de corporaciones locales con mayoría de izquierda. La decisión, adoptada por la comisión mixta PSOE-PCE que ha estudiado estos días los términos de dicho pacto, tiende a frustrar posibles presiones y maniobras ocultas en tomo al voto de los concejales socialistas y comunistas y a evitar cualquier duda o suspicacia final sobre los acuerdos establecidos por los dos partidos.A varios concejales del nuevo Ayuntamiento de Salamanca miembros de las candidaturas del PSOE y PCE se les ha llegado a ofrecer dinero a cambio de su ausencia o su voto en blanco en el pleno de la Corporación que deberá elegir al próximo alcalde de la ciudad, informa la corresponsal de EL PAÍS en Salamanca, . Salvo imprevistos, el nuevo corregidor será el socialista Jesús Málaga, dado que los once votos del PSOE y los tres del PCE derrotarán a los trece concejales de UCD.

Sin embargo, bastaría la ausencia o el voto en blanco -la votación será secreta- de uno de los concejales de izquierda para que la presidencia del Ayuntamiento fuera a manos de Pilar Fernández Labrador, puesto que, en caso de empate a votos, en el pleno resultaría electo el primer candidato de la lista más votada. En este sentido, las ofertas realizadas a los concejales del PSOE y del PCE están claramente orientadas a favorecer un alcalde de UCD.

Fuentes del PSOE han manifestado a EL PAÍS que las ofertas realizadas a sus candidatos de las que se habla en la calle «no son ningún rumor, sino hechos reales». No obstante, el partido se ha negado por el momento a ofrecer una información puntual de los mismos, «puesto que estamos seguros de la honestidad e insobornabilidad de nuestros compañeros».

Por su parte, Emilio Tomé, que figuraba como independiente en la candidatura del PCE, ha señalado que «se trata de rumores que no pueden demostrarse». Sin embargo, aceptó que había recibido llamadas telefónicas que le sugerían que, dada su independencia, hiciera girar el signo del Ayuntamiento hacia posiciones menos, extremas. En cualquier caso, el señor Tomé declaró que «no se ha pasado por mi imaginación la posibilidad de votar a otra persona que al candidato del PSOE», y añadió que es un comunista convencido, que si no milita en el PCE puede ser, entre otras cosas, por considerarse más izquierdista que el Partido Comunista.

Según ha podido saber EL PAÍS, las ofertas se han realizado en los casos más significativos de modo indirecto, a través de personas muy allegadas a los nuevos concejales, lo que ha motivado algunas situaciones tensas. En todas las oportunidades conocidas hasta ahora los respectivos partidos han sido puntualmente informados y todos los companeros de candidatura han tratado el problema planteado de forma conjunta.

Aunque algunos rumores que circulan por la ciudad señalan que las ofertas habrían alcanzado hasta los veinte millones de pesetas, en realidad en ningún caso se ha llegado a ofrecer una cantidad en firme, aunque se haya advertido que «podría sacaros de apuros económicos».