Herri Batasuna

No salgo de mi asombro ante las reiteradas manifestaciones de los señores diputados por Herri Batasuna, que he leído en el periódico de su digna dirección, sobre que no son españoles y, por tanto, no acudirán al Congreso a cumplir con sus obligaciones de participar en las tareas legislativas que la ley les impone.En el colmo de sus contradicciones, que llegan al absurdo, se han presentado a unas elecciones convocadas en un país que dicen no es el suyo, consiguiendo unos escasos escaños al Congreso -que aceptan- de un Parlamente que dicen, igualmente, les es ajeno, aunque no renuncian a percibir los sabrosos emolumentos derivados de tal cargo, que para sí quisiéramos la mayor parte de los españoles.

Como la cuestión no tiene fácil digestión, sólo nos cabe apuntar, en el supuesto de que la cosa vaya en serio y no se trate de una desagradable maniobra política, la solución que en la legislación laboral está prevista para estos casos, es decir, el despido, o bien, incoar el oportuno expediente disciplinario en el ámbito del derecho administrativo a quienes se niegan a cumplir sus obligaciones y prestar sus servicios, pues no puede concebirse seriamente que dichos señores diputados vayan a recibir el sueldo en casa, que sale de los impuestos que todos pagamos, mientras el resto de los españoles tenemos que ganarnos el pan con nuestro diario, y no siempre fácil y soportable, esfuerzo. Si así no fuera, y se permitiera tal despropósito, el precedente no podría ser más grave, y de cundir el ejemplo ya podíamos echar el cierre y clausurar el negocio.