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Abrumadora mayoría para la República Islámica en la primera jornada del referéndum en Irán

Las noticias de la primera jornada del referéndum en Irán indican una abrumadora mayoría para la República Islámica, así como una falta de garantías para el secreto del voto, que presumiblemente abolirá, con toda seguridad, la milenaria monarquía persa. A pesar de las noticias sobre una votación pacífica en la mayor parte del país los turcomanos continuaron su lucha contra las tropas gubernamentales en Gonbad Kavus, cerca de la frontera soviética, donde impidieron la apertura de buen número de colegios electorales.

Además de por los turcomanos, el referéndum está siendo boicoteado también por los kurdos, intelectuales y grupos laicos democráticos y feministas.Noticias procedentes de los colegios electorales indicaban un voto abrumador en favor de la República Islámica propuesta por el ayatollah Jomeini, el líder musulmán de 78 años que dirigió desde París la revolución que derrocó al sha.

La votación en Irán continuará hoy, sábado; los colegios se cerraron ayer tarde a las seis, hora local (tres y media hora de Madrid) y los resultados finales se esperan para la noche del domingo.

Mientras se decide el fin de los 2.500 años de monarquía en Persia un portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores declaró que la salida del sha de Marruecos «no ejercerá efecto alguno sobre el propósito del Gobierno iraní de hacerle volver a su país para ser sometido a proceso».

La abstención se calcula de antemano en un 30% de los casi diecinueve millones de votantes mayores de dieciséis años.

Impulsado posiblemente por este temor, el Ministerio del Interior, en un comunicado difundido por radio una hora antes de la apertura de los colegios electorales, enunciado que los electores opuestos tanto al viejo régimen como a la República Islámica pueden hacerse constar su preferencia en el boleto del «no».

El referéndum sigue a una campaña electoral de tendencia única, en la que destacó la continua presentación en la televisión de escenas de los asesinatos de civiles por el Ejército durante la monarquía. Los programas presentaron caricaturas del sha, que gobernó durante 37 años, en las que aparece con una imagen de «malvado» expulsado del país.

Los observadores que han recorrido varios colegios de Teherán informan que no hay demasiadas garantías para el secreto del voto. En ausencia de cabinas, los votantes, con más o menos disimulo, separan los boletos, introducen la parte elegida en las urnas y tira la otra.

La mayoría de las papeletas esparcidas por el suelo son las rojas del «no» a la pregunta única de ¿quieres una República Islámica para reemplazar al antiguo régimen?

En algunos casos, los integrantes de las mesas electorales no permiten a los votantes que utilicen las papeletas e introducen por ellos el «sí», en las urnas.

En Qom, una gran muchedumbre de fervorosos simpatizantes del ayatollah Jomeini impidió que éste introdujese personalmente su papeleta, acción que tuvo que realizar uno de sus ayudantes. Las mujeres con derecho al voto ocuparon en algunos colegios filas separadas de los hombres.

En Teherán, el primer ministro, Mehdi Bazargan, votó a favor de la República Islámica y anuncia que ésta será «islámica, sin dejar de ser democrática».

El Gobierno « provisional convocará elecciones para una asamblea constituyente después de que se publique una nueva constitución islámica en las próximas siete se manas. Posteriormente, será elegido un nuevo Parlamento.

Jomeini no ha especificado la estructura de su proyecto de República Islámica, pero ya han sido instituidas leyes islámicas que prohíben el alcohol y castigan el adulterio con azotes públicos.

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