El nuevo Parlamento Foral no planteará, probablemente, la incorporación a Euskadi
De no producirse un cambio sustancial en el sentido del voto, el tema Navarra-Euskadi no se planteará durante el mandato del próximo Parlamento Foral, órgano encargado por la Constitución para dilucidar, en primera instancia, si Navarra quiere o no incorporarse a la comunidad autónoma vasca. En algunos partidos políticos se ha operado un cierto cambio en torno a sus planteamientos iniciales sobre el tema, lo que ha supuesto una complicación de hecho en el panorama electoral.
Todos los partidos han hecho una referencia en sus programas preelectorales a la posibilidad de que Navarra se integre o no en el Consejo General Vasco. Mientras la Unión del Pueblo Navarro, del ex diputado de UCD Jesús Aizpún, señala que no existen razones de ningún tipo: históricas, culturales, económicas, lingüísticas o políticas, para que Navarra pueda ser considerada como parte de Euskadi, UCD insiste sobre el mismo tema, pero con una visión distinta: entre Navarra y el Estado central no puede haber entes intermedios. Este punto de vista, mantenido desde la formación del partido en Navarra, ha tenido, sin embargo, una matización: para UCD, lo vasco es consustancial a Navarra, y en esa línea potenciará n la cultura euskérica, pero sin llegar a ningún tipo de unión con Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.En base a los resultados del 1-M en Navarra, existen posibilidades de que UCD y UPN tengan la mayoría en el Parlamento Foral. De acuerdo con el sistema previsto en la disposición transitoria cuarta de la Constitución, el Parlamento Foral decidirá sobre el tema por mayoría de sus miembros, decisión que, de ser favorable a la integración, debe refrendarse por el pueblo navarro. Esto supone que si los partidarios de la no integración obtienen mayoría en el Parlamento, la cuestión no se planteará al menos en los próximos cuatro años. En palabras del senador ucedista Del Burgo, «la Constitución ha establecido un procedimiento excepcional que prácticamente impide la integración en Euskadi, salvo en el caso de que el pueblo navarro, por abrumadora mayoría, así lo acuerde en tres consultas populares sucesivas». De esta forma, UCD ha dejado entrever que el sistema previsto en la Constitución deja a salvo la posibilidad de que Navarra, al menos en un plazo inmediato, pueda incorporarse a Euskadi. Y como una ayuda de correligionario, el ministro del Interior, Martín Villa, en una rueda de prensa televisada, celebrada para dar a conocer los resultados electorales del 1-M, arrimaba el ascua a su sardina indicando que «si yo fuera navarro. votaría no a la integración en Euskadi».
En el otro extremo del panorama político, Herri Batasuna, primera fuerza extraparlamentaria de la provincia, tampoco propondrá ningún referéndum para dilucidar la cuestión, por una simple razón: Navarra, en su opinión, es la parte fundamental del País Vasco, y para reconocer esa realidad no es necesario ningún referéndum. Según el diputado Telesforo Monzón, «sin Navarra, ni un metro, ni un palmo». Para Herri Batasuna no puede existir Euskadi sin Navarra, de la misma manera que no se puede cuestionar la territorialidad del País Vasco o que Pamplona (Iruña) es la capital de Euskadi.
En la misma tesis se enmarcan dos organizaciones armadas: ETA-m y ETA p-m. Para los etarras de la rama militar, Navarra no es negociable bajo ningún punto de vista, por lo que sus acciones se inscribirán en ese sentido hasta conseguir que se respete la territorialidad de Euskadi. Por su parte, ETA p-m, en un reciente comunicado en el que reivindicaba el robo de mil kilos de goma-2 en la armería Arana, de Pamplona, advertía seriamente al Gobierno que Navarra no era negociable ni se presta a regateos políticos, por lo que convocaba al pueblo vasco a participar en las luchas por la plena incorporación a Euskadi, poniendo de manifiesto que ETA «garantiza una intervención armada consecuente en este sentido».
En medio de estos dos planteamientos están las posturas del resto de las formaciones políticas. El PSOE ha anunciado que en los próximos cuatro años no propiciará en el Parlamento Foral ninguna propuesta para la integración, por considerar que la tarea más urgente es la de «construir Navarra e ilusionar a los navarros». El PSOE, que en épocas antenores a las pasadas elecciones fue un acérrimo partidario de la incorporación de Navarra al marco autonómico vasco, ha sido duramente criticado por diversos partidos. Así, Carlos Garaicoechea, presidente del PNV y candidato al Parlamento Foral por Pamplona, ha manifestado que la postura de los socialistas supone «una traición, en el sentido más estricto de la palabra, con los compromisos adquiridos hasta el presente ». En la misma línea que el PSOE se enmarca la postura del Partido Carlista. A pesar de que su presidente, Carlos Hugo de Borbón, comenzara el acto político del Montejurra-78 con el grito de «Nafarroa Euskadida» («Navarra es Euskadi»), los carlistas darán su voto negativo si el tema se plantea en el Parlamento Foral, ya que primero es necesario construir «una nueva Navarra, más democrática y justa».
Por su parte, otras diez fuerzas políticas, desde PNV hasta ORT, aceptan la fórmula prevista en la Constitución y son partidarios de que el tema se plantee en la próxima legislatura del Parlamento, por entender que necesita una urgente solución.
Con un panorama tan poco clarificador, el tema Navarra-Euskadi está en primer plano de las campanas electorales. Y no sólo a nivel electoral se han polarizado las posturas. Desde el 15-J, han sido detenidas en Navarra unas sesenta personas acusadas de pertenecer a comandos de ETA. Han muerto un comandante y un cabo primero de la Policía Nacional, un subteniente, un cabo y un número de la Guardia Civil, así como un inspector de policía, en diversos atenta(los. La extrema derecha voló la redacción de la revista vasca Punto y hora y ha colocado diversos artefactos contra la sede de una pena sanferminera y un bar, mientras que los comandos de las dos ramas de ETA han actuado contra delegaciones de distintos ministerios, chalets y comercios particulares cuarteles de Policía Nacional y Guardia Civil, postes de TV, etcétera. En términos absolutos: Navarra está en la actualidad dividida en dos bandos, con escasas posibilidades de que se llegue una reconciliación real entre todos los sectores de la población.
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