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Boadella detenido y encarcelado

El director de la compañía teatral Els Joglars, Albert Boadella, fue detenido en la madrugada de ayer y puesto a disposición de la autoridad judicial militar catalana. La detención se llevó a cabo a la una y cuarto de la madrugada, en una casa de campo que el actor posee en la pequeña localidad de Pruit, a unos 35 kilómetros de la ciudad de Vic (Barcelona). A esa hora, tres funcionarios de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona se presentaron en la casa con dos reclamaciones judiciales, una del Juzgado Militar y otra del Juzgado número diez de Barcelona. Boadella fue trasladado a las dependencias de la Jefatura Superior de Policia, para, posteriormente, ingresar en la cárcel Modelo de Barcelona.

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Un proceso contestado

Boadella había regresado a Cataluña el pasado mes de diciembre, clandestinamente, después de permanecer exiliado en Francia varios meses. El director teatral de: Els Joglars había huido a este país después de una fuga espectacular llevada a cabo un día antes del previsto para la celebración del consejo de guerra que debía juzgarle por un presunto delito de injurias al Ejército, contenido de la obra teatral La Torna.

Otro de los miembros de Els Joglars, Ferrán Rané, huyó ilegalmente a Francia, mientras que el resto de la compañía -Arnau Vilardebó, Miriam de Maeztu, Andreu Solsona y Gabriel Renom- eran condenados a dos años de prisión. Estos últimos salieron de la cárcel el pasado mes de febrero debido a un indulto.

Pese a su regreso clandestino, Albert Boadella desarrollaba una vida semipública. En los últimos tres meses asistió a diversas representaciones de su espectáculo Catalonia M-7, en Gerona y Lérida. Asimismo, no era difícil localizarle en ciertos ambientes de Barcelona, y llegó incluso a entrevistarse en dos ocasiones con el presidente de la Generalidad. Josep Tarradellas.

En este sentido, han sorprendido las declaraciones públicas del consejero de Gobemación del organismo preautonómico, Manuel Ortínez, al declarar que su detención «podría parecer desconcertante, pero cuando se sancionan las leyes son para cumplirlas». La citada expresión admite comparación con el cinismo, por cuanto en la entrevista de Boadella con Tarradellas, fue precisamente un colaborador directo de la presidencia de la Generalidad, Roma Planas, quien esperó al director teatral en la puerta del palacio, con el fin de evitar la identificación de Boadella por parte de los «mozos de escuadra», encargados de la vigilancia del recinto y a las órdenes directas de Ortínez (véase EL PAIS de 9 de enero de 1979).

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En el terreno judicial, el caso Albert Boadella se enmarca dentro de una compleja laguna jurídica. Por una parte, la Constitución reconoce que su caso debería ser conocido por la jurisdicción ordinaria, mientras que, por otra parte, continúa vigente la legislación militar que le procesó.

Se da la circunstancia de que, desde hacía dos días, Boadella se encontraba trabajando en un nuevo espectáculo -La Odisea-, en la «cúpula» que Els Joglars tienen instalada, desde hace anos, en Pruit, la localidad en donde fue detenido.

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