_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Incivismo

Una vez más, de paso por España, he podido experimentar desgraciadamente la falta de civismo del pueblo español. Ya sé que a muchos españoles les molesta muchísimo que se diga esto, pero creo que sin razón, y si no ahí están los hechos que lo demuestran: el pasado 1 de marzo, en los pasillos de la estación del Metro de José Antonio, un hombre vendía pollitos teñidos en todos los colores, a elegir; verdes, rojos, naranjas. Al principio creí que eran juguetes mecánicos, pero no, eran de carne y hueso. Me acerqué, y con toda la serenidad y educación del mundo, pregunté varias veces el porqué de estos tintes, sin obtener respuesta, en vista de lo cual cambié mi pregunta por la de si no sabía que el tinte podría ser perjudicial para la vida de los pollitos. En ese momento el vendedor dirigió hacia mí su cara horrorosa, no solamente porque la Naturaleza no había sido muy generosa con él, sino porque sus gestos eran de lo más primitivo y agresivo, y empezó a soltar toda clase de injurias hacia mí y más tarde hacia mis hermanas que me acompañaban y que hasta ese momento no habían pronunciado palabra. Sus afrentas pasaron, desde tonta e idiota, hasta decirnos que éramos unas putas, que estábamos haciendo la carrera. Todas estas barbaridades las escuché con infinita paciencia, sin devolverle los insultos; solamente le advertí que de no tener más cuidado con sus palabras le denunciaría en la comisaría.Nos dirigimos a la comisaría de la calle de la Luna, donde expuse el hecho, pero sin querer hacer una denuncia en toda regla, pues, como ya he dicho, estoy de paso en Madrid. El policía que nos atendió nos dijo que ellos no tenían derecho a intervenir. Esto no deja de asombrarme, pues en ocasiones he visto cómo la policía ha hecho uso de su autoridad en casos, a mi entender, no tan graves como éste. Le pregunté al policía si entonces lo que yo hubiese debido hacer es llevar una porra en el bolsillo y responder a la falta de civismo y violencia con. la misma falta de civismo, a lo que: me contestó textualmente: «Pues sí, desgraciadamente es así, es el, método más eficaz.»

A mí todo esto me parece tristísimo. Me parece tristísimo que se sigan vendiendo pollitos como si fuera juguetes, destinados a ser víctimas de la inconsciente, y a veces no tan inconsciente, crueldad de los niños, y además teñirlos.

Me parece tristísimo que personas como ese vendedor existan, y me parece, mucho más triste que mujeres honestas se vean ultrajadas en la vía pública sin que la policía «tenga derecho a intervenir».

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Tengo que decir que, aunque a muchos les moleste, nunca, en los dos años que viví en Francia, en los tres que viví en Alemania y en los numerosos viajes que hice por Europa y América, me encontré en una situacion así, pero de España tengo una buena colección.

Espero de todo corazón que la democracia nos traiga educación y civisrrio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_