El Caribe tendrá en el año 2000 más naciones que Europa
Si usted pregunta a un estudiante latinoamericano de bachillerato cuáles son las islas que pueblan el mar Caribe, y cuántas de ellas están constituidas como países soberanos e independientes recibirá una descorazadora respuesta: apenas escuchará citar a Cuba, República Dominicana, Jamaica, Puerto Rico y Trinidad. Quizá obtenga una más amplia información si interroga a un universitario, a un político o a un periodista. Pero nunca, con toda seguridad, encontrará usted a nadie que le recite de memoria y sin olvidar ninguno los nombres de las dos docenas de países que como en un arco unen las costas norteamericanas de Florida con América del Sur por una ruta distinta del tradicional istmo de Panamá.
Pues bien: este casi desconocido mundo del Caribe, que calladamente trata de integrarse en la Comunidad Mundial de Naciones Libres, tendrá en el año 2000 más influencia numérica en organismos internacionales, como la 0NU o la OEA, que el bloque compuesto con América Central y Suramérica. De ahí deriva su importancia intrínseca, y de ahí también que los países más desarrollados ¡de la zona traten ahora de acortar las distancias creadas por el desconocimiento y el desinterés.La tarea es, sin duda, difícil. Porque ni siquiera existe un interlocutor genérico que agrupe y sintetice las aspiraciones y necesidades de esta atomizada comunidad. Cada una de las pequeñísimas islas del mosaico caribeño sueña con la vida independiente. Y ahí están los ejemplos de Dominica o Santa Lucía, emancipadas definitivamente de la tutela británica; o los casos inmediatos de San Vicente, San Kits-Nevis o Antigua, que serán naciones libres en los próximos doce meses. Muy pronto, Venezuela, México, Estados Unidos, o cualquier otro país americano que quiera mantener relación estrecha con las nuevas naciones del Caribe, deberá contar en la zona con más embajadores que en Europa.
Ni siquiera la descripción física del archipiélago caribeño es sencilla. Pero sí es totalmente necesaria para que el lector calibre el grado de general desconocimiento que se tiene acerca de esta zona del mundo.
Veinte países
Si se toma como referencia inicial las costas norteamericanas de Florida, y de Norte a Sur, las Bahamas (conjunto de decenas de islotes, la mayoría deshabitados), y la gigante del grupo, Cuba, son las primeras tierras del mapa. Siguiendo la línea del arco, aparece la antigua Española, donde se asientan hoy dos países bien distintos: Haití y la República Dominicana. La isla de Puerto Rico es la última de las grandes. A partir de su extremo occidental aparecen, sucesivamente: el grupo de St. Thomas, St. Maarten, Anguilla, St. Croix, Tórtola, Barbuda, el conjunto St. Kitts-Nevis-Monserrat (que se independizará este año), Antigua, Guadalupe, Dominica, Martinica, St. Lucia. St. Vicent (que también obtendrá este año su emancipación definitiva), Barbados, las Grenadinas (Canowan, Mustique, Unión, Petit St. Vicent, Pal y Carriacou), Granada, Tobago y Trinidad. Fuera de la línea del arco, al sur de Cuba, aparece Jamaica. Y cerca de las costas venezolanas, las islas holandesas de Curaçao, Aruba y Bonaire.
La variedad de orígenes, culturas, sistemas políticos, es casi tan grande como la de los hombres de estas islas. Se habla el español, el francés, el inglés y los dialectos locales, que son patois o slangs surgidos de la fusión popular de los tres primeros. Se practica el protestantismo y el catolicismo. Hay negros, blancos, mulatos, asiáticos. Hay regímenes cuasidictatoriales y democracias estables, Gobiernos de tendencia izquierdista y otros de capitalismo furibundo.
La mayoría de estas islas, sin embargo, posee un vínculo común: la influencia británica. Salvo los casos de Cuba. Puerto Rico y República Dominicana (de origen hispánico), de Haití, Guadalupe y Martinica (de ascendencia francesa). y de Curacao, Aruba y Bonaire (bajo control holandés), el resto de los países del área han pertenecido o pertenecen a la Comunidad de Estados Asociados de las Indias Occidentales, dependiente de la Corona británica. Es Gran Bretaña uien las ha administrado durante decenios y de Londres han recibido o recibirán la independencia. La mayoría de los nuevos países, curiosamente, conservan a la reina de Inglaterra corno titular nominal de las respectivas jefaturas del Estado.
Otro nexo de unión entre estos pequeñísimos Estados o futuros Estados es su precaria economía. Salvo los casos de Jamaica, Barbados, Trinidad-Tobago y República Dominicana y haciendo abstracción de Cuba, el resto de las naciones del área comparten sistemas económicos casi prehistóricos derivados de su extremada pobreza.
