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Reportaje:

Las malas comunicaciones aíslan a Galicia

Todos los partidos y coaliciones que pretenden dirigir los ayuntamientos gallegos a partir del próximo 3 de abril reclaman en sus manifiestos electorales e intervenciones públicas una sustancial mejora del sistema de comunicaciones con que cuenta esta región, factor determinante de su aislamiento y de la infrautilización de sus recursos naturales.Candidatos de diversos partidos a las municipales han coincidido en señalar a EL PAÍS la importancia que tiene para Galicia conseguir la reparación de las carreteras, que hace unos meses hicieron declarar al ministro de Obras Públicas, Joaquín Garrigues, «no creí que pudiera haber carreteras en tal mal estado», cuando visitó el norte de la provincia de Lugo; aumentar el número de vuelos diarios entre los tres aeropuertos gallegos y las principales poblaciones del resto de la Península, modernizar la red de ferrocarriles y ampliar los puertos de Vigo y La Coruña, o bien construir el prometido superpuerto.

Galicia cuenta con 12.973 kilómetros de carreteras, lo que en 1973 suponía casi, el 10% del kilometraje total español, para solamente el 7,6% de la población nacional. Igualmente está muy por encima de la media española en kilómetros de carretera por cada kilómetro cuadrado de superficie. Sin embargo, esta extensa red viaria, justificada por la dispersión de los núcleos de población, presenta unas características técnicas muy deficientes, ya que las carreteras provinciales y comarcales, que predominan sobre las estatales ofrecen pocas garantías de seguridad, como lo demuestra el dato de que Galicia supera ampliamente la media nacional en la cuantificación de accidentes de tráfico-con víctimas.

El mal estado de las carreteras gallegas se debe en gran medida a la escasa calidad de los pavimento y los deterioros que provocan en ellos las frecuentes lluvias. Deterioros que acostumbran a ser reparados de manera superficial y poco eficaz, pese a que las diputaciones provinciales dedican buena parte de sus presupuestos a obras y servicios.

Una autopista polémica

A primeros de abril los 12.973 kilómetros de carreteras de Galicia van a ser ampliados con el tramo de la autopista del Atlántico Santiago-La Coruña, de setenta kilómetros de longitud. Quedará así inau gurada la obra pública que más polémicas ha suscitado entre la población gallega. Para finales del presente año está prevista la aper tura del tramo Pontevedra-Vigo y está en estudio el replanteamiento de las restantes partes del proyecto, cuyo fin es enlazar Tuy con El Ferrol.La realización de las obras en el tramo Pontevedra-Rande, paradas desde el 4 de mayo de 1977 hasta el 17 de febrero último, y la celebración d.e las elecciones municipales han devuelto a primer plano esta vía que, de no sufrir alteraciones en su trazado definitivo, enlazará el norte y el sur de Galicia a lo largo de 207 kilómetros.

La actitud de los partidos políticos y fuerzas sociales en relación con la autopista del Atlántico ha experimentado modificaciones en los últimos meses. De la oposición prácticamente generalizada (llegó a sercalificada de «muralla. china» para dividir Galicia) se ha pasado a aceptar lo realizado y recabar garantías para los afectado por la construcción de los tramos pendientes. José Rivas Fontán, candidato de UCD a la alcaldíade Pontevedra, ha declarado a EL PAÍS que la autopista es un terna irreversible: «Se enfocó raal en un principio y ahora no queda otra posibilidad que terminarla. tratando de tener en cuenta las; necesidades de las poblaciones que atra viesa.»

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En parecidos términos se expresó anteayer Celestino García Braña, que encabeza la lista del Partido Comunista de Galicia a la alcaldía de la capital pontevedresa, a cuyo término municipal pertenece la parroquia de Salcedo, uno de los núcleos más afectados por el trazado de esta discutida obra. El PSOE, según testimonio del dirigente coruñés Alejandro Otero sostiene, por su parte, que debe indemnizarse adecuadarnente a los propietarios de las tierras expropiadas y ha de garantizarse a los campesinos la construcción de pasos para el ganado.

La oposición más tajante la ca pitalizan las fuerzas nacionalistas Cuqui Fraguela, candidata del Bloque Nacional Popular Galego a la alcaldía de Santiago, ha afirmado a una pregunta de EL PAÍS que la autopista no responde a las necesidades del transporte en Galicia y aumentará las diferencias entre las provincias más deprimidas, Lugo y Orense, respecto a Pontevedra y La Coruña.

Por su parte, la Junta de Galicia, a través de su Consejería de Ordenación del Territorio, estima que debe replantearse la realización de los tramos en los que todavía no se han iniciado las obras (Pontevedra-Santiago y La Coruña-Ferrol), de forma que se tenga en cuenta la posibilidad de modificar el trazado previsto inicialmente para no perjudicar gravemente a los habitantes de las zonas que atraviese la autopista.

Ferrocarriles en mal estado

Si el estado de las carreteras es deficiente, el de la red ferroviaria no lo es menos. Según informe elaborado por el Ministerio de Comercio, las cuatro provincias gallegas figuran entre las quince peor dotadas de infraestructura en este tipo de comunicación. La automatización de los servicios es muy escasa. No existen tramos electrificados, a pesar de ser Galicia una de las zonas del país que produce mayor cantidad de energía eléctrica. La racionalización de horarios para enlazar las diversas poblaciones de la región es prácticamente nula. Un dirigente de UCD declaró a EL PAÍS que tardó más de diez horas en desplazarse de Vigo a Lugo, distantes entre sí menos de doscientos kilómetros.Los aeropuertos gallegos, situados en La Coruña, Santiago y Vigo, tampoco satisfacen a los usuarios, que consideran insuficiente el servicio. No llegan a 2.000 las personas que pueden abandonar Galicia diariamente por vía aérea, según estimaciones de la Consejería de Ordenación del Territorio, organismo que juzga imprescindible ampliar la pista actual del aeropuerto de Santiago en quinientos metros y construir otra transversal. Los vecinos de La Coruña, a su vez, están realizando desde hace varios meses una intensa campaña para dotar al aeropuerto de su ciudad de las instalaciones que permitan incrementar el tráfico aéreo con garantías de seguridad.

El transporte marítimo está centralizado predominantemente en los puertos de La Coruña, Vigo y El Ferrol. La especial configuración de las rías gallegas favorece, a juicio de varios técnicos consultados por EL PAÍS, la ampliación de los puertos de la región, que ofrecen la mayoría de ellos un alto nivel de rentabilidad. Según el promotor del Círculo de Información y Estudios Sociales (CIES), César Portela, este sistema de comunicación debería ser potenciado en base a tres líneas de actuación: impulsar el transporte de cabotaje entre ríos, especialmente en lo concerniente a las zonas de Vigo-La Coruña-El Ferrol; promocionar el tráfico de pasajeros de ría como alternativa al de carretera, particularmente las líneas Vigo-Morrazo, La Coruñá-Ferrol y, por último, crear nuevos puertos trasatlánticos cuando el tráfico permita ampliaciones, para evitar la polarización de los puertos de Vigo y La Coruña.

MAÑANA: Mieres(Asturias)

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