Piornedo, como antes de los romanos.
En plena sierra de Ancares, los setenta habitantes de esta aldea lucense no tienen demasiada esperanza en que después de las municipales se resuelvan sus problemas de aislamiento. Pese a todo, la cercanía de los candidatos hará que en pueblos pequeños como este los comicios se resuelvan más por las personas que por los programas. El debate político queda, una vez más, para las grandes ciudades, donde los programas de los partidos tendrán más influencia que los curriculum de los candidatos. Página 16
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