Los andaluces
Kierkegaard le llama a Rilke poeta de los tiempos míseros. Nuestro gran poeta de los tiempos mísero/ franquistas ha sido José Hierro, que en un poema lleno de viento del pueblo y así titulado, fija en un solo verso repetido a los andaluces:-Ozú qué frío. Los andaluces.
Los andaluces han votado en masa y por sorpresa, como vareando el olivo de la patria, al Partido Socialista Andaluz, planta que le crece inesperada, en su patio sevillano, como el del Abc, fuente violenta de cristal del pueblo, al Partido Socialista Obrero Español, de tanta implantación sureña:
-Y la bronca que le ha echado Felipe a Alfonso Guerra.
-Lo quiere dimitir.
Esto hablan los andaluces de Madrid (Madrid, primera capital de Andalucía, a su manera, con flamenco-tour y toros de reventa), después de las elecciones, en las calles de la Cruz y de Sevilla, como antes comentaban la corrida de Aparicio y Litri. Entre política y toros, vuelve a aparecer la España.
Decía yo aquí trasayer mismo que dónde está la España. ¿Son españoles los andaluces? ¿Son andaluces los españoles? Angel Benito, el intelectual de ese nuevo partido andaluz y socialista, me explica:
-Felipe nos había despreciado siempre. Felipe conoce a Rojas Marcos desde el colegio. Felipe nos tenía olvidados y Alfonso Guerra nos tenía encima, pero ni siquiera se ha enterado.
Enmarcado en marcos alemanes, según el maldecir, Felipe no se ha enterado de que otro socialismo andaluz le desmarcaba.
Lluis Permanyer se da un paseo con Umbral, literariamente, por Catalunya. En Cataluña, ya ven, ha habido menos catalanismo electoral esta vez. Gracias, Lluis. José-Miguel Ullán me envía su libro Soldadesca, que expresa en prosa/poesía sinuosa de judío salmantino la grandeza inversa de la vida marcial. Pero militarismo y socialismo, o sea, patria e internacionalismo, han encontrado aquí su eslabón perdido merced a Enrique Múgica, bella cabeza de minotauro picassiano que gusta mucho a las señoras. ¿Podrá, sabrá el Minotauro orientarse en ese laberinto? Me escriben los albaneses de Madrid:
-Queremos divulgar a todos los niveles la cultura y la realidad social de Albania.
Albania o la utopía. Invasora la China, cocacolizada Rusia, el modelo a realizar hoy es Albania, y cada nacionalidad española, cantón, autonomía, separatismo, quieren ser una Albania donde florece el limonero. Vasconia, una Albania de pelotaris. Cataluña, una Albania de viajantes de comercio. Canarias, una Albania caribeña. Llamémonos Albania de una vez, en lugar de España, y todos tendrán cabida en la papela constitucional. Al contrario del velero Argos, renovemos el nombre conservando las piezas. Pero Angel Benito me lo aclara.
-El PSA no es separatista. Andalucía no es separatista.
-De todos modos, tío, algún cortijo váis a tener que invadir, por dar ejemplo al PSOE y poneros a su izquierda.
El PSA quiere desnuclearizar Andalucía, erradicar el cementerio atómico de Córdoba, remediar el paro, supongo, galvanizar esos pueblos en pie, cipresal de parados en la plaza, que el propio Angel Benito me llevó a visitar el verano pasado. Andalucía despierta a la, identidad y a la justicia. Pero va siendo escándalo, ya, a estas alturas, y a la altura de las municipales, que la izquierda no se una, no se entienda, teniendo la mayoría hipotética al alcance de la hoz. Sino que se deshace en cismas, como éste del PSA, un tirón en la manga del PSOE, un partido acusica para que don Pablo Iglesias ponga a Guerra y los otros de rodillas, de cara a la pared o blanco muro de España, ay negro toro de pena.
Mas Lope, el gran reaccionario, dio la consigna eterna a nuestro pueblo, por contraste: Fuenteovejuna, todos a una. Fuenteovejuna son hoy (y entonces) las municipales. Porque Lope era pueblo. Más que Guerra.
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