_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La tierra se queda sola

Gabinete técnico de la Federación de Trabajadores de la TierraUn reciente programa de La clave estuvo dedicado a analizar los motivos del éxodo rural. Por qué «la tierra se queda sola». El profesor Sampedro explicó que una de las causas de la depresión del mundo rural era que, a la hora de elaborar los precios en el antiguo régimen, los agricultores no habían intervenido. Se les había dado los precios. Además, aquellos precios habían beneficiado casi siempre a los grandes propietarios que, extrayendo el dinero por esa vía, lo situaban en otros sectores. Tenía razón. Razón que, por otra parte, no la discutió uno de los responsables -el principal- de la política económica de los años del desarrollo, López Rodó. Era lamentable y penoso a la vez constatar cómo una de las personas que tanta influencia tuvo en las decisiones económicas de este país no hubiera estado, o peor aun, no hubiera sabido estar en el coloquio a la altura de una cierta comprensión de los problemas del campo. Se entiende que la tierra se quede sola. Por ello, los que todavía permanecen intentan evitar que la agricultura siga siendo la Cenicienta generosa de la economía española. Cualquier ciudadano dominguero puede darse una vuelta en coche por muchos pueblos de este país y comprobar que sólo unas horas de carretera suponen franquear la frontera a un mundo donde la palabra austeridad es el caritativo disfraz de otra cosa que no es sino miseria. Miseria que ni la dignidad campesina a duras penas impide ocultar. Durante muchos años, el campo ha sido triturado en áreas de unos desequilibrios que ni la lógica, y mucho menos la justicia, pueden justificar. Este país debe ir tomando conciencia de que los únicos y verdaderos representantes de los «que quedan» intentarán evitar que éstos sigan apurando el elixir de su amargura. La actual crispación que se exterioriza en esas manifestaciones, «guerras» o «tractoradas» sólo son leves aldabonazos a la conciencia de los españoles, porque los agricultores son conscientes de que deben exigir, no pedir, los atrasos e indemnizaciones que en justicia se les deben.

En el coloquio también participó Luis García, el presidente del FORPPA, que ahora es uno de los protagonistas de las discusiones de precios agrarios que tienen lugar en su organismo. Se espera de él que mantenga la misma elegancia comprensiva que mantuvo en televisión para las negociaciones del FORPPA. A su vez, él habrá intuido que los agricultores intentaron llegar en sus peticiones al máximo de lo que el país y su sector pueden exigir. Se trata, y él intentará hacerlo, de combinar exigencias justas con pragmatismos económicos. El resultado es, precisamente, La clave.

Ya ha comenzado en el FORPPA la negociación de precios agrarios. Aunque este «comienzo» puede calificarse más bien de una apertura «oficial» que real. Los interlocutores se han presentado y se han conocido, puesto que su número se ha visto ampliado en uno, por la participación de los representantes dé la FTT. Dejando a un lado la desafortunada manifestación, que, por otra parte, no es condenable, ya que cualquier acción reivindicativa es aceptada, siempre que sea oportuna, el proceso negociador ha comenzado. No va a ser fácil. Y no es nuestro deseo hacerlo difícil, sino porque los que participan tienen conciencia de la responsabilidad que pesa ante quien, legal y honradamente, representan. Por ello, los negociadores intentarán juzgar, comprender y, por supuesto, colaborar en el terreno técnico que, por el momento, es donde actúa la Administración. Terreno a la par difícil, en el que la progresiva experiencia de las organizaciones agrarias hará que lo que se discuta se haga con mayor calidad profesional.

Hay que añadir varias objeciones al inicio de esta apertura.

Nos encontramos en un momento electoralista, en el que resulta peligroso pensar que se puede aplicar la regla del «todo vale», y esa regla puede ser la de intentar retrasar las negociaciones el máximo de tiempo posible. Se ha citado el mes de mayo como época real, pensando que por ahora no conviene comprometerse. Sí se admite hacer todo tipo de promesas que suenen bien y, ante todo, antes de marzo evitar que se hagan acciones radicales que empañen una imagen personal o de partido. Maniobra que tiene que ser muy hábil, porque los agricultores desean conocer cuanto antes los precios.

Por otra parte, no parece lógico por parte del Gobierno, ni en el plano negociador ní político, adelantar que los precios no van a subir más del 9- 10%. Si la capacidad de respuesta acaba ahí, la negociación también podría concluir incrementando simplemente cada producto por esa cifra. Después, paz y gloria.

Recordemos que el año pasado la subida de precios fue de un 16,5%, que con las medidas complementarias posiblemente situarían el alza cerca del 19%. Esta cifra fue muy inferior a las posiciones de partida de los agricultores, que se situaban alrededor del 28%. Paulatinamente se fueron cediendo posturas, hasta llegar a lo que se llegó. Aquella subida fuejuzgada en su momento como histórica, y la más importante de los últimos años. En el terreno de las realidades sólo fue un respiro para el sector agrario. Nada más. Una simple y pragmática apli.cación del apartado c) del Programa de Saneamiento y Reforma Económica suscrito por el Gobierno y los partidos políticos con representación parlamentaria: «Se analizarán los niveles comparativos de renta del sector agrario y de los demás sectores mediante la correspondiente investigación estadística, y se procurará que las diferencias entre todos los niveles no se incrementen en lo sucesivo.»

Un importante trabajo que conocemos utilizaba el año pasado un camino matemático para la obtención de un aumento del 18,5 %. La aplicación de esa misma metodología, que se podría calificar como «global», para los resultados provisionales de la agricultura en 1978 situaría el porcentaje de aumento en niveles similares adelantados por el Gobierno y ya citados. Eso no seria justo ni admisible. Primeramente, porque las cifras de 1978 son provisionales, y no definitivas. Segundo, porque sería utilizar por norma referencial lo que fue un año climatológicamente favorable. Aquí la excepción no es la regla. Lo confirma el hecho de que el producto interior bruto de la agricultura creció un 7,7 %, mientras que la media anual del período 1964-77 fue del 2,8 %. Tercero, porque hay algunas cifras sobre la agricultura en 1978 cuya aceptación parece sumamente dudosa, y que ya han sido denunciadas en la prensa, como el hecho de que los gastos fuera del sector hayan subido un 12,1%. Asombra especialmente dentro de esta partida un descenso real en los gastos de fertilizantes del 9,3 % y un incremento monetario del 8,2 %, lo cual no se comprende, ni aun con un descenso entre el 7,6 % y 9,9 % del consumo, a pesar de las subvenciones.

En definitiva, lo más oportuno para aceptar una primera orientación de subida de precios por el método «global» es el empleo para todas y cada una de las magnitudes que entren en su cálculo (producción final agraria, gastos fuera del sector, contribuciones e impuestos, etcétera) de series mínimas de diez años. Éstas series son las únicas capaces de reflejar cuál es la verdadera situación del sector en un lapso de tiempo lo suficientemente extenso, y aplicándose con el máximo rigor tienen en cuenta a todas las explotaciones del país, pudiéndose evitar con ello queja diferencia de rentas del sector agrario con la de otros sectores se incremente aún más.

Se ha hecho también referencia a utilizar el llamado «método objetivo» de la Comunidad Europea, el cual está basado en la red contable. Sin entrar en el análisis de su importancia y uso dentro de los países de la CEE, habría que afirmar sobre la actual red contable española varias salvedades. La primera de ellas es su escaso tiempo de puesta en marcha. A pesar de que, en junio de 1972, se dictaron las primeras normas para su funcionamiento, el corto número de explotaciones adheridas oblígó a arbitrar una serie de ayudas económicas en 1975. La segunda y más importante es que la muestra de explotaciones es muy reducida. Para 1979 existe la previsión de recoger información de 5.000 explotaciones; sin embargo, la muestra utilizable de la campaña 1976-77 estaba compuesta por 2.231 explotaciones. De esta cifra no figuraba ninguna explotación de Extremadura, Noreste, Andalucía occidenta 1 y Canarias, mientras que la región del Duero, con 958 empresas, suponía ella sola el 54,1% del total. Demasiadas diferencias regionales. Otro tanto habría que afirmar sobre el muestreo basado en su orientación técnica y económica: sólo hay doce explotaciones representativas de la horticultura (0,5 y catorce de la avicultura (0,6 Por ello, no es extraño que la misma publicación del Ministerio de Agricultura que presenta los resultados empresariales de la red contable para 1976-77 afirme textualmente: «Como se verá más adelante, la muestra obtenida hasta el momento, aunque pueda representar convenientemente un cierto número de explotaciones, está, todavía, muy lejos de ser utilizada para extrapolar las medidas ponderadas obtenidas a conjuntos de explotaciones más amplios.»

Con estas ideas no queremos echar por tierra cualquier idea al uso de los datos aportados por la red contable, sino fijar a ésta en sus justos límites. Sabemos que eso es lo que hay, y se puede contar con ella, pero no convertirla en la herramienta principal de trabajo. Es uno más de los métodos para la fijación de precios.

Respecto a la obtención de los precios en la Comunidad Europea, hay que empezar afirmando que el proceso es muy complicado y su duración llega a ser de siete meses. Primeramente, la comisión no sólo tiene en cuenta el estado económico de la red contable, sino, además, los informes de los comisarios responsables sobre presupuestos y situación de mercados de los diversos productos (precios internacionales, stocks ... ). Después se pasan las propuestas a los Consejos de Ministros, los cuales tienen que lecidir, además, las medidas monetarias oportunas (fijación de las «monedas verdes» e incidencia de los montantes compensatorios). Esto significa que lo importante es conocer en cada país la elevación real de los precios según su moneda nacional, la cual ya ha sido afectada por el mecanismo monetario de la Comunidad. Los precios, que se fijan en unidades cuenta (UC), indican una tendencia, pero en ocasiones no reflejan la realidad nacional.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_