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Debate sobre el terrorismo en la Universidad Autónoma

«Por la paz de Euskadi, por la paz del mismo Estado español, que se vayan, que se vayan ya.» Con esta frase, referida a las Fuerzas de Orden Público y a la Guardia Civil, terminó ayer Juan María Bandrés, diputado electo de Euskadiko Ezkerra por Guipúzcoa, su intervención en un coloquio en torno al terrorismo, que tuvo lugar en la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid. En el debate intervinieron también José Antonio Martín Pallín, fiscal, miembro de Justicia Democrática; Julio Rodríguez Aramberri, profesor de Sociología, y el filósofo Javier Sádaba. También estaba invitado, aunque no se presentó, Emilio Giner, miembro de Herri Batasuna.José Antonio Martín Pallín expuso cómo las normas legales emanadas del poder legislativo, que hablan de la libertad de la defensa, de la acusación con pruebas plenas y de las garantías del detenido, van cayendo en manos de órganos dependientes del poder ejecutivo, como los encargados de la investigación, que afirman querer erradicar el fenómeno, y citó, como pasos de este deterioro, el decreto-ley antiterrorista de 1975 y el de seguridad ciudadana de 29 de enero de este año. Para terminar, planteó la disyuntiva que tenía la sociedad de elegir entre un Estado de derecho o un Estado policial.

Juan María Bandrés -«yo no llamo terroristas a los que Martín Villa llama terroristas»- distinguió entre la violencia institucional, que parte del Estado y nace de él; la violencia represiva, utilizada por el Estado para sostener la institucional, y la violencia de respuesta, o revolucionaria, «a la que se llama terror como si éste surgiese de la nada». Para el señor Bandrés, «la más inmediata solución en Euskadi sería la creación de un or den público democrático y autónomo, pues el pueblo no cree que puedan defender la democracia y la autonomía quienes tan duramente la han combatido, una gente en muchos casosálienada y que ha defendido el orden anterior». «Cuando voy al Consejo General Vasco -dijo- se me sienta enfrente la misma persona que me deportó a Almería en 1968, insultó a mi mujer y torturó a uno de mis defendidos del Consejo de Burgos. Y hay que tener en cuenta que cuando Martín Villa, al hablar de la violencia, dice que "o se está con nosotros o se está con ellos", en Euskadi hay mucha gente que dice: "Contra ti con todas sus consecuencias".»

Julio Rodríguez Aramberri afirmó que hablar de violencia institucional era una tautología, porque habrá violencia mientras existan el Poder y el Estado, y dijo que, a su juicio, «no hay más salida que buscar fórmulas por las que un proyecto socialista sea atractivo y creíble. Si no, seguirán aumentando los proyectos represivos del Estado».

Javier Sádaba resumió su intervención en tres puntos: 1) no es tópico decir que toda violencia es un reflejo del Estado, aunque el peligro es reproducir sus esquemas; 2) el que gestiona la represión desde dentro, que no diga que son medidas de coyuntura; 3) quienes son pobres, quieren ser libres y padecen violéncia se defienden con los medios a su alcance, sean o no eficaces. En Nicaragua, por ejemplo, si se es libre no se puede ser más que sandinista

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