La huelga del balón parado
«( ... ) Al decir que el domingo tendremos fútbol no hacemos ninguna quiniela. Los jugadores, muy temerosos de las iras de la grada, puntualizan que si la solicitud de huelga que presentaron ayer no se considera oficialmente "procedente" habrá partidos. Como esa solicitud no contempla el preaviso mínimo de diez días que exigen las leyes para que cualquier huelga pueda ser procedente, es seguro que no tendremos paro. La amenaza es teatro. Es como cuando Di Stéfano caía en el área contraria sin que nadie le hubiera zancadilleado. ( ... )El conflicto de los futbolistas tiene unas claves que ya va siendo hora de que queden perfectamente ventiladas:
1. Los futbolistas todavía no tienen maduradas las posiciones que deben adoptar. Los del Barça no quieren ir en el mismo paquete que los del Horta en lo que se refiere a obligaciones, y los del Horta aspiran a los mismos derechos que los del Barça.
2. El antagonismo personal entre Porta y Carceller hace inviable un acuerdo positivo. Si el convenio de la SEAT los tuviera como interlocutores, el año que viene no tendríamos coches.
3. Las relaciones Federación-futbolistas se mueven en la esfera de un chantaje. La Federación recorta los derechos de los jugadores, sabiendo que éstos no harán ningún escándalo, ya que entonces saldrían a la luz para conocimiento de Hacienda cuáles son sus ingresos. Los futbolistas aprietan, pero no ahogan para que los clubs no faciliten ese dato.
4. Todo está complicado, además, por el dichoso deseo que tienen algunas personas de sacar a los deportistas del marco de las leyes generales que rigen en este país, creando un oasis de excepciones que permita mangoneos, trampas a Hacienda, cuentas de las que no se responde ni ante los tribunales ni ante los socios, y otras irregularidades. Hay que ajustar la legislación deportiva, de una vez, a la Constitución. ( ... )»
28 febrero
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