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Elecciones 1979

Carrillo insiste en la necesidad de una mayoría que incluya a UCD, PSOE y PCE

El Partido Comunista de España cerró su campaña electoral en Madrid con un mitin que celebró en la plaza de toros de Carabanchel, ante unas 20.000 personas que escuchaban dentro y fuera del recinto. En el mitin hablaron Simón Sánchez Montero, José Alonso, Nicolás Sartorius, Ramón Tamames, Marcelino Camacho y el secretario general, Santiago Carrillo, quien pidió que se vote comunista para que pueda realizarse una estrategia común, de la izquierda y se forme una mayoría de amplia base democrática que incluya desde UCD al PCE.

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Comenzó el líder comunista acusando a UCD de no salir de la televisión y la radio, mientras pregunta al PCE cuándo saldrá de las alcantarillas y pasó después a criticar largamente la posibilidad de un Gobierno UCD-PSOE, que excluya a los comunistas, empezando por negar que sólo se decida entre los dos partidos mayoritarios, «que tal como están las cosas son la misma opción, porque van a tener que gobernar juntos».De una posible opción socialdemócrata de este tipo dijo que limitaría la democracia, haría imposible la unidad de la izquierda, gobernaría en beneficio de las clases dominantes, frenaría el entusiasmo del pueblo para salir de la crisis, no llevaría la democracia a las relaciones laborales, no atacaría el paro ni haría caso a la juventud.

Ante todo ello defendió la necesidad de una estrategia común de la izquierda, «no para formar el Frente Popular, sino una mayoría democrática con UCD, PSOE y PCE» para que realmente esté representada la clase obrera, y un Gobierno progresista que desarrolle democráticamente la Constitución, de verdadera igualdad a la mujer, construya escuelas y hospitales, haga un Estado descentralizado, ponga fin al terrorismo y proteja y desarrolle las libertades.

Dijo después que estas elecciones deben dar al PCE la suficiente fuerza para lograr ese Gobierno, y para ello pidió el voto a todos los que creen al PCE útil para la democracia y a los socialistas que quieren un PSOE fiel a su tradición de honradez y firmeza, «de la que nosotros somos los verdaderos herederos». No obstante, resaltó que no quería atacar al PSOE, porque los comunistas desean la unidad de la clase obrera.

Carrillo pidió que ni un solo voto comunista vaya «a grupos que aprueban la invasión de Vietnam» -no citó expresamente a la ORT y el PTE- ni favorecen la unidad de los comunistas, «porque prefieren ser cabeza de ratón en vez de cola de león», y terminó su intervención repartiendo censuras al Gobierno de UCD y pidiendo que no se caiga «en la trampa del concurso de guapos». Afirmó, por último, que el 2 de marzo el PCE celebrará un avance, que será el comiezo de un gran despegue de su fuerza.

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Al comienzo del mitin intervino el candidato a senador José Alonso, tras cuyas palabras, Simón Sánchez Montero leyó un mensaje en, el que Dolores Ibárruri saludaba el acto y llamaba a votar al PCE como partido combativo por los intereses del pueblo y que pone todo su entusiasmo en la defensa de la democracia en España.

Nicolás Satorius afirmó que el bipartidismo en España acabaría en un turno en el pesebre, y advirtió que es fundamental que el avance de CCOO sea consolidado por un avance en el Parlamento, porque un Gobierno UCD-PSOE combatiría al sindicato cómunista y favoreceria a UGT. Dijo también que el PCE combate la orientación socialdemócrata del PSOE, porque quiere la unidad de la clase obrera, a ue aseguró que va a hacer avanzar al PCE.

Ramón Tamames criticó al Gobierno de UCD y pidió que haya para él ningún voto obrero, «porque no hay nada más tonto que un obrero de derechas», y a los socialista, porque rechazaron la unidad, que es la única alternativa frente a la oligarquía, «esa clase dominante que está impidiendo que"este país se ponga a trabajar». Después volvió contra UCD, «cuya oferta electoral está muy clara: viviréis peor en 1979», y terminó asegurando que no va a haber Gobierno de centro-derecha, «porque a las trillizas Fraga-Areilza-Osorio se les ha acabado para siempre».

El último en hablar, antes de Santiago Carrillo, fue el secretario general de CCOO, Marcelino Camacho, quien manifestó que hoy las condiciones son distintas. de las de 1977, porque en las pasadas elecciones el miedo de la transición primó el conservadurismo, mientras ahora «incluso hay tenientes generales, como el de Burgos, que se ven de cuando en cuando con dirigentes del PCE».

Dijo también quie la democracia no entró en las fábricas porque el PSOE rechazó la unidad de la clase obrera y prefirió «dejar a la zorra guardando las gallinas». Como Santiago Carrillo, atacó al PTE y la ORT, que, llamándose unitarios, «hicieron la división de la clase obrera» con la creación de sus sindicatos.

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