Algunas empresas privadas podrían asumir la vigilancia nocturna en barrios de Madrid
Algunas empresas privadas de seguridad han realizado en los últimos meses encuestas entre determinadas entidades y comunidades de vecinos para sondear la posibilidad de privatizar la vigilancia nocturna de las calles. Este servicio, que nada tiene que ver con los vigilantes nocturnos designados por el Ayuntamiento, es consecuencia del enorme retraso con que se produce la designación municipal de vigilantes nocturnos para los barrios
La actividad de estas empresas privadas consistiría básicamente en señalar unas demarcaciones en los barrios que aceptaran la oferta que estarían patrulladas por parejas de vigilantes nocturnos. Estos utilizarían vehículos para sus desplazamientos, de forma que se asegurara su presencia en cualquier dirección de la demarcación en el plazo máximo de siete minutos.Aunque generalmente este tipo de sociedades se dedican sólo a la vigilancia de bancos, cajas de ahorro, entidades de crédito y locales comerciales o industriales, mediante los oportunos permisos gubernativos pueden ampliar su campo de actividades a la vigilancia de las calles.
En este caso, la normativa del servicio cambia. Así, mientras los vigilantes de bancos son vigilantes jurados, están armados y cumplen una función sustitutoria de las fuerzas de orden público, los vigilantes nocturnos, o serenos, van desarmados y su misión no es de sustitución de las fuerzas de orden público, sino de complementarlas, según informó a EL PAIS un ejecutivo de una de estas empresas. En el terreno práctico, su labor no consistiría en enfrentarse a unos posibles delincuentes que sorprendieran intentando asaltar un comercio o una vivienda, sino de avisar rápidamente a la policía.
La posibilidad legal de que empresas privadas actúen como contratistas del servicio de vigilancia la da el decreto que rige la vuelta de los serenos, en el que se explica que la implantación del mismo en los barrios lo puede hacer el Ayuntamiento, atendiendo a las peticiones de un número determinado de comunidades, a empresas especializadas, que firmarían un contrato con las comunidades y con el visto bueno municipal.
Luis María Huete, alcalde de Madrid, informó ayer a EL PAIS que, si bien hay algunas empresas dedicadas a complementar los trabajos de seguridad ciudadana, su actividad va destinada a protección bancaria y empresarial, fundamentalmente. «La ordenanza municipal de vigilantes nocturnos, dijo, no contempla la posibilidad de que una empresa privada pueda dotar de vigilantes nocturnos al Ayuntamiento de Madrid. La designación, según se acordó en pleno, es nominal, entre personas propuestas por las comunidades de vecinos. Esto, sin embargo, no impide que aquellas entidades empresariales o comunidades ciudadanas que lo deseen puedan contratar directamente sus servicios de seguridad nocturna, pero no serían serenos y la responsabilidad de aceptarlo o no depende exclusivamente del Gobierno Civil de Madrid.»
Sobre el retraso con que se está produciendo la implantación de servicios nocturnos de seguridad, de carácter municipal, el señor Huete informó que «esa es una cuestión que deben decidir los vecinos a través de sus comunidades. La ordenanza fija claramente los límites. Hay problemas porque los vecinos no se ponen de acuerdo. Algunos opinan que es un servicio muy caro y otros tienen largas discusiones, simplemente porque cada uno tiene su recomendado. Sin embargo, es muy posible que a comienzos del próximo mes haya varias comunidades que puedan contar ya con servicios nocturnos nombrados por el Ayuntamiento. Esperamos que si alguien toma la iniciativa todo será más fácil en el resto de los barrios».
Por otra parte, hoy, a las diez de la noche, una empresa privada de seguridad impondrá los galardones denominados el Chuzo de Oro a Santiago Estrada, delegado de Seguridad y Policía Municipal del Ayuntamiento, y a Antonio Horcajo Matesanz, concejal presidente del distrito de Retiro.
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