Riesgo de desestabilización en Mauritania
Un grave riesgo de desestabilización del régimen mauritano, que dirige el coronel Mustafa Uld Salek, puede producirse al socaire de la tensión existente entre las comunidades negra y árabe de ese país. La prensa oficial argelina manifestó ayer su inquietud por esa posibilidad que, si llegara a materializarse, incidiría en la evolución política del conflicto del Sahara.
El pasado lunes, el ministro del Interior mauritano, Jidu Salek, reconoció que había sido necesario establecer un servicio de patrullas militares, en Nuackchott, tras los enfrentamientos ocurridos entre miembros de las dos comunidades. El ministro negó que los mauritanos de etnia árabe «opriman» a los negroafricanos y denunció a los « agentes guiados del exterior», que tratarían de provocar una guerra civil en Mauritania.
Posteriormente, el presidente Uld Salek criticó, en un discurso pronunciado ante centenares de estudiantes, a los autores de las pintadas aparecidas días atrás en los muros de la capital, en las que se exigía la retirada de las tropas marroquíes que siguen estacionadas en Mauritania.
Mientras tanto, el Frente Polisario ha vuelto a denunciar la ausencia de «actos concretos» que prueben la «buena fe» de las autoridades mauritanas, en lo que concierne a solucionar la crisis del Sahara occidental, y ha reiterado su oposición a un referéndum en la parte sur de ese territorio.
El movimiento independentista ha criticado las declaraciones hechas a EL PAIS por el ministro marroquí de Información, Abdeljadi Butaleb, el día 24 del mes pasado, calificándolas de «amenaza grave contra los dirigentes mauritanos».
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