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FASA-Renault vuelve a cerrar indefinidamente sus factorías

FASA-Renault hizo pública, a última hora de ayer, su decisión de proceder al cierre indefinido de sus factorías. La reapertura de las mismas, que tuvo lugar a primeras horas del sábado, no significó la reanudación del trabajo por parte de la plantilla. Los trabajadores del turno de la mañana se incorporaron a las naves, pero salvo en una de las secciones, en el resto de la factoría se celebraron asambleas y se discutió en torno a la postura a adoptar para encontrar una salida al conflicto. Los llamamientos de la dirección, a través de megafonía, para que se incorporasen a los puestos de trabajo, fueron reiteradamente desoídos. Por otra parte, los once detenidos por los graves altercados de orden público protagonizados en Valladolid en los últimos días han pasado a disposición judicial.

Los incidentes ocurridos en días pasados y la tensión que se vive en el complejo industrial influyeron fuertemente ayer en la presencia de trabajadores en el recinto. De los 3.500 que forman el turno de mañana sólo acudió a las factorías alrededor de un 65%. Y de este porcentaje habría que descontar un grupo numeroso que abandonó la fábrica poco después de que se iniciaran las. asambleas. El otro 35% prefirió quedarse en sus casas ante el temor de que volvieran a surgir enfrentamientos.Ante esta situación, FASA hizo pública una nota en la que llama a la reflexión a todos los trabajadores y reitera el carácter definitivo de su última oferta. «No habrá más negociaciones en este sentido», agregaba el escrito. Además, se hace constar que la empresa no está dispuesta a renunciar a la facultad de organización y dirección y que aplicará los medios legales que estén a su alcance para defenderla. FASA recordó que «se está produciendo un gran deterioro en la producción y en los salarios» y advierte que «estas importantes pérdidas de producción sufridas hasta ahora pueden llevar a la empresa, que tenía una de las más sanas situaciones en el mercado, a la inestabilidad que ya conocen otras empresas nacionales, con gravísimo riesgo para la seguridad del empleo de los trabajadores». Finalmente, FASA indica que este tipo de presiones no servirá para conseguir resultados positivos «sino para llegar a perjuicios irreparables».

Pugna entre concepciones sindicales

La reapertura momentánea de las factorías y la ausencia de incidentes callejeros han vuelto a poner de manifiesto el auténtico trasfondo de la cuestión: la pugna entre dos conceptos distintos de sindicalismo. El primer round se ha cerrado con la victoria de los asamblearios sobre los partidarios de la representación en centrales sindicales organizadas.A ello han contribuido poderosamente varios factores. Mientras los asamblearios se han unido en torno al objetivo común de desplazar a los comités de empresa e instaurar nuevamente los consejos de factoría y fábrica, las centrales han actuado cada una por su cuenta. Los primeros han contado incluso con la presencia, al parecer ya confirmada, de elementos especializados en desórdenes callejeros llegados desde Barcelona, y con el apoyo de ultraderechistas. Entre las centrales la desunión ha sido absoluta. De las cinco que tienen delegados en FASA (CCOO, UGT, CSUT, SU y USO), sólo Comisiones Obreras ha dado la cara abiertamente y se ha mostrado partidaria de aceptar la oferta patronal y celebrar un referéndum para que los trabajadores se manifiesten en secreto sobre la propuesta de la empresa. El resto se ha desentendido de una forma u otra del tema. UGT guarda absoluto silencio; USO aún no ha abierto la boca, y CSUT y SU se han limitado a hablar en los comunicados de «unión y solidaridad», pero sin decir claramente si aceptan la propuesta o sin son partidarios del referéndum.

Para muchos observadores del conflicto, estas posiciones están relacionadas o podrían estarlo con cuestiones electorales. Según estas apreciaciones, UGT no se habría querido inmiscuir claramente en el asunto para no influir en los intereses del PSOE, partido que puede obtener la mayoría en Valladolid, y Comisiones Obreras buscaría la solución rápida del conflicto para ganarse las simpatías de los conservadores izquierdistas (si es que vale este término) y apoyar así la opción de Julián Ariza, número uno del PC al Congreso. USO no se habría manifestado porque no tiene aparentemente nada que ganar ni perder en las elecciones, y las posturas de SU y CSUT concuerdan perfectamente con las posiciones de ORT y PTE.

Hoy, Comisiones Obreras ha convocado una reunión de todos sus afiliados que trabajan en FASA para intentar que la normalización sea ya un hecho durante la próxima semana. De cualquier forma, la evolución de los hechos a partir del próximo lunes es, hoy por hoy, imprevisible, aunque se piensa que la tensión va a disminuir y que no se van a producir nuevos incidentes.

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