La suspensión de «Holocausto»

Me entero por EL PAIS del 20/1/79, sin gran sorpresa, pero sí desilusión, de que TVE ha decidido, a última hora, «aplazar» la serie Holocausto.Precisamente me encontraba en Francia cuando la suspensión de la serie, que intervino precisamente, ¡qué coincidencia!, cuando estalló el affaire Darquier de Pellepoix. Consecuentemente no pude leer los comentarios de la prensa española al respecto, pero sí quisiera subrayar algunos hechos:

El semanario L'Express no hizo otra cosa, al publicar las escandalosas declaraciones del señor Darquier, sino cumplir con una tarea informativa y hacer patente un hecho real: que el responsable del exterminio (el término «expatriación» que emplea el periodista de EL PAIS me parece un eufemismo de mal gusto), de miles de judíos franceses, y, en particular, de la famosa jornada del Velódromo de Invierno de París, vive hoy día impunemente una vejez feliz en Madrid. Que el director del semanario L'Express sea o no judío, no me parece un dato periodístico notable. Algunos judíos franceses han condenado la «vulgarización de esta página negra de la historia» por las reacciones que pueda suscitar. Si bien es verdad que nada es más fácil como manejar un hecho histórico, éste precisamente, el mayor genocidio de la historia, no se puede prestar a interpretaciones ni a matizaciones. La verdad, moleste a quien moleste, es siempre saludable.

No defenderé la serie QB- VII, en cuanto, a su calidad, ni siquiera a su ideología, y de Holocausto, por desgracia, no podemos hablar. Cualesquiera que sean los fallos de estas producciones, tienen la ventaja de denunciar el antisemitismo y de ser divulgativas (más para el público español a quien se le ha dado, por las circunstancias políticas de los cuarenta últimos años, una visión, por lo menos, deformada de la historia).

Por fin, quisiera llegar al punto más importante. El periódico neo-nazi National Zeitung denuncia Holocausto como «la difusión de una gran mentira», y no es de extrañar. Pero, sin llegar a paralelismos fuera de lugar, he aquí que otros muchos periódicos subrayan, como lo hace EL PAIS, tendenciosamente «el gran poder del capital judío norteamericano e incluso francés». Entresaco unas líneas del artículo del 20: «llovieron los francos en las cuentas corrientes de los famosos bancos». ¡Muy insignificante, al parecer, o muy significativo, quizás!

A lo largo de la historia hemos sido los judíos, para unos y para otros (¡o quizá para los mismos!), simultáneamente, masones, rojos, usureros, banqueros, etcétera.

En todo caso, yo pregunto: ¿qué tendrá que ver todo esto con la muerte de miles y miles de niños en las cámaras de gas; a qué tipo de presiones se debe el «aplazamiento» de Holocausto?

La serie Raíces, que muestra la lucha contra la esclavitud y los largos sufrimientos del pueblo negro, no ha sido «aplazada» (lo que me parece muy bien). A nadie se le ha ocurrido la absurda idea de si el productor era negro o si pertenecía al black power.