_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

TVE: chistes prohibidos y bailes autorizados

LA DECISION adoptada por la dirección de Televisión Española,de suprimir, durante la tarde del domingo, un programa grabado por los humoristas Tip y Coll se basa, al parecer, en que incluía comentarios políticos que podrían resultar favorables para algunos partidos o perjudiciales para otros. Un hábito demuchos años, y, por tanto, de difícil desarraigo, llevó en un primer momento a justificar la eliminación del espacio ya anunciado «por razones técnicas». Pero esa explicación, nacida del reflejo automático de buscar la línea de menor resistencia para dar cuenta de las arbitrariedades y de la mala conciencia de dos décadas de censura, dejó pronto su lugar, tras irritar innecesariamente a los interesados, a otra más plausible. La intervención de Tip y Coll, según esa retirada estratégica a trincheras más verosímiles, iría contra la normativa vigente sobre tratamiento de partidos políticos durante la campaña electoral.Lamentablemente, el argumento de repuesto, del que tan apresuradamente ha echado mano Televisión Española, resulta más inadmisible, si cabe que la falsedad inicial. Si se atiende estrictamente la letra de la ley, es obvio que la campaña electoral no comienza de manera oficial hasta el 7 de febrero. Y si se interpreta que la competición por los votos se ha iniciado ya de hecho, lo que puede ser defendible en términos políticos, aunque no jurídicos, entonces la neutralidad de los medios de comunicación estatal respecto a los partidos en pugna debería aplicarse de manera general y sin excepciones. Pero ¿cómo justificar, en este último caso, la apresurada invasión por los candidatos-ministros de los espacios informativos de Televisión durante las últimas semanas?

Porque la aparición en los «telediarios» de los titulares de carteras ministeriales, que son, al tiempo cabeceras de listas por UCD en quince provincias, está batiendo los ya notables récords de duración, futilidad y pesadez del cénit del franquismo. Cualquier pretexto es bueno para que los candidatos- ministros nos acompañen durante la sobremesa. Temas relacionados con educación sirven para que el cabecera de lista en Baleares aburra durante un rato a sus futuros electores; cuestiones que afectan a Obras Públicas ponen en antena al candidato por Murcia, a lo largo de varios minutos, viajes diplomáticos estratégicamente proyectados permiten a los candidatos por Guipúzcoa, Castellón y Cádiz chupar cámara -como se dice en el argot- a los acontecimientos internacionales; los interesantes problemas de la lluvia artificial deparán al cabecera de lista por Salamanca la oportunidad para que nos familiaricemos todavía más con su imagen; los reajustes de un departamento ofrecen al candidato por Badajoz adelantar su campaña dos semanas. Nadie puede decirnos con la mano en el corazón, que las andanzas y correrías de los candidatos-ministros por las provincias constituyen noticias de primera página -o de primera imagen- para los españoles, o que el normal desarrollo de sus actividades como máximos responsables de depar tamentos administrativos merecen tan detalladas y aburridas crónicas.

En cualquier caso, la dirección de Televisión, que se ha mostrado tan celosa en salvaguardar la neutralidad de ese poderoso medio, amenazada por los chistes y las parodias de Tip y Coll, está obligada, aunque sólo sea por aparentar que respeta los mínimos de ética que deben guiar la competición política y la lucha electoral, a poner fin a ese agitado baile en que los candidatos- ministros rivalizan en lucir sus mejores galas y ensayar sus mejores pasos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_