Sistema electoral antidemocrático
Creo que muy pocos españoles han caído en la cuenta de que nuestra legislación electoral vigente es rigurosamente antidemocrática. El método de D'Hondt es el que produce más deformación del sufragio. Da una sobrerrepresentación enorme y excesiva a los dos partidos que obtengan más votación nacional, mientras rebaja, hasta la eliminación, la de los partidos menores. Concretamente, según las elecciones del 15 de junio de 1977, un diputado de UCD representaba, por término medio, a 37.702 electores; uno del PSOE, 43.670; uno del PCE, 83.287; uno de AP, 93.961, y uno del PSP, 134.063.O bien, el 34,7 % de los votos UCU se convirtió en el 47,1 % de los escaños del Congreso, mientras que el 4,4% del PSP se redujo al 1,7 de escaños de la misma Cámara.
Por otra parte, el sistema de listas cerradas y bloqueadas pone toda elección en manos de una oligarquía: los comités de los partidos. Impide a la vez la presentación de personalidades independientes y que el elector pueda seleccionar nombres de listas que incluso podrían tener significación política o ideológica análoga. Hay varios métodos que eliminan aquellos resultados discriminatorios, con sus inaceptables consecuencias de «primas» abusivas y distorsionantes de la realidad sociológica y política; y otros que, aún conservando el sistema de lista, permiten al elector «emparentarlas» y cambiar el orden de los candidatos. El nuestro nos constriñe de una manera total. Nuestra ley electoral es inaceptable. Convierte una democracia, formal o legal en una clara partitocracia. O, si se prefiere, en una, «oclocracia». Que es algo muy diferente de lo que se proclama y divulga: Las elecciones convocadas bajo tal normativa no pueden presagiar nada bueno, por desgracia . Catedrático de Derecho
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.