La entrevista Juan Pablo II-Gromiko, muy importante para la "Ostpolitik" vaticana
El papa Juan Pablo II, que se encuentra de visita oficial en Latinoamérica, sostuvo el pasado miércoles una entrevista con el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, que ha sido calificada por fuentes vaticanas como de extraordinaria importancia para el futuro de las relaciones entre el Estado y la Iglesia en los países del Este.Las mismas fuentes aseguraron que la entrevista fue una iniciativa soviética. La URSS está ansiosa, han precisado, «de conocer las medidas» del nuevo pontífice polaco, cuya persona es tan respetada que, si Karol Vojtyla lo desease, las comunidades católicas del Este europeo podrían tener posiciones conciliadoras con los respectivos regímenes comunistas, no sólo en Polonia, sino en otros países con una comunidad católica importante como es el caso de Checoslovaquía, Hungría, la República Democrática Alemana y la repúblíca soviética de Lituania.
De acuerdo con fuentes vaticanas, los temas que se trataron especialmente en la reunión fueron: la libertad religiosa, los derechos humanos y las perspectivas de un próximo viaje del Papa a Polonia. Como ya es habitual, no hubo comunicado oficial al término de la entrevista.
Juan Pablo II ha repetido en varias ocasiones que los «días de la Iglesia del silencio (los católicos del Este europeo), han acabado» y ha solicitado a los sacerdotes de los países del Este que conserven «su sagrada libertad». Según fuentes diplomátícas soviéticas, Moscú no parece dispuesto a agravar, ni a provocar, enfrentamientos entre la URSS y el Vaticano.
Por otra parte, se ha comentado que las relaciones superficiales entre Moscú y el Vaticano no son malas, puesto que la comunidad católica en la URSS goza de mayor número de libertades que otras confesiones.
En cuanto al viaje del Papa a México, las autoridades de Europa del Este están especialmente interesadas en conocer el impacto popular de la visita papal, y tenerlo presente ante su proyectado viaje a Polonia, donde Karol Wojtyla es ya un personaje carismático.
Hace tres meses, Juan Pablo II mantuvo una entrevista en Roma con el jefe de Estado polaco, Henryk Jablonski, que asistió a la inauguración del pontificado. En aquella ocasión, el presidente de Polonia afirmó que el papa Wojtyla sería bien recibido en su tierra natal, pero no habría invitación oficial por parte de las autoridades de Varsovia. Esta semana, Edward Gierek, secretario general del Partido Comunista polaco, se entrevistó en Varsovia con el cardenal Wynszynski. Las autoridades soviéticas mantienen algunas reservas sobre el viaje de Juan Pablo II a Polonia.
De todas formas, el Papa advirtió la semana pasada que aún estaba considerando viajar a Polonia la próxima primavera, con ocasión del novecientos aniversario de la muerte de San Estanislao.
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