La CEE tratará hoy que España acepte la revisión del acuerdo de 1970
Por quinta vez en la historia del acuerdo comercial preferente España-Comunidad Europea, en vigor desde octubre de 1970, hoy se reúne en Bruselas la comisión mixta encargada de velar por la gestión y buena marcha de lo dispuesto en el acuerdo, firmado en la época del embajador Ullastres, cuando las relaciones hispano-comunitarias no podían ir más allá de lo comercial por motivos políticos.En el orden del día de la reunión -que presidirán el embajador Bassols, por parte española, y el director de Relaciones Exteriores, De Kergorlay, de lado comunitario- figuran cuatro grandes capítulos: el análisis de la evolución de las relaciones comerciales, examen y aplicación del acuerdo de 1970; informe del acuerdo España-EFTA (Zona Europea de Libre Cambio) y, por último, implicaciones para el acuerdo hispano-comunitario del próximo ingreso de Grecia a la Comunidad.
El único punto, «conflictivo» de hoy es exactamen « te el mismo que dura desde hace más de cuatro años, es decir, la extensión del con tenido del acuerdo. Desde la óptica de los comunitarios, el acuerdo comercial de 1970 está «desequilibrado» a favor de España, que goza de mayores ventajas para sus exportaciones industriales a la CEE que viceversa, desde un punto de vista tarifario. Los españoles replican que tal principio es discutible si se toma en consideración la balanza comercial de las relaciones Espana-CEE -ampliamente deficitaria para España- En el núcleo de la reunión de hoy figurará, una vez más, una demanda de la Comisión Europea -presionada en particular por Francia- para que España acceda a ampliar el contenido comercial del acuerdo de 1970. Principio que Madrid no rechaza, siempre y cuando se concedan contrapartidas agrícolas a España que, como mínimo, terminen con la discriminación de que son víctimas los productos del campo espanol exportados a Europa, en comparación con los exportados por otros Estados de la cuenca mediterránea.
Un factor importante, como es el inicio de negociaciones para la adhesión de España a la CEE, el próximo 6 de febrero, en esta capital, debería contribuir a un «clima» constructivo en la reunión de hoy. Sin embargo, las espadas siguen en alto y los comunitarios quieren, de todas formas, obtener una extensión del acuerdo comercial actual cuanto antes. Quieren cubrir el espacio de tres o cuatro años que pueden transcurrir entre el rnomento actual y la entrada -en aplicación de los futuros tratados de adhesión de España al Mercado Común. Ni qué decir tiene que Francia e Italia serán los países comunitarios más reacios a cualquier nueva concesión agrícola en favor de España, condición sin la cual Madrid no puede claudicar en el sector industrial -se habla de una rebaja media del 17 % de promedio del ara ncel-, como pide la CEE.
«Confianza comunitaria» en Calvo Sotelo
«La Comisión tiene toda la confianza y el respeto en el señor Calvo Sotelo, responsable de las negociaciones entre España y la Comisión Europea», declaró el portavoz de la Comisión Europea, señor Perlot. La pregunta, planteada por un colega de la prensa madrileña, tenía su orgien en las críticas del diputado del PSOE,señor Marín, que hace unos días declaró a EL PAÍS (13 de enero de 1979) que «existía cierto malestar en medios comunitanos por la forma de llevar las negociaciones de ingreso de España en la Comunidad por parte del ministro Leopoldo Calvo Sotelo».
A raíz de tales declaraciones -y, sobre todo, teniendo en cuenta el clima electoral que cuenta tanto para UCD como para el PSOE-, el ministro español responsable de las Relaciones con la CEE solicitó, a través del embajador español ante la CEE, un desmentido de la Comisión Europea al «pretendido malestar» que aludía el diputado del PSOE, después de varios encuentros con miembros de esta misma Comisión. Por principio, la Comisión evita entrar en las polémicas Internas de los partidos políticos de los Estados miembros de la CEE, y más aún, si cabe, con las de países no miembros de la CEE. De ahí que no hubiera «desmentido» y que sea a través de un periodista que Calvo Sotelo obtiene ahora la diplomática puntualización del portavoz comunitario.
Cabe interrogarse sobre el origen del aludido «malestar», que se confirma a través de otras fuentes que las del diputado del PSOE. Se dice en medios comunitarios que las diferencias entre el Gobierno español y la Comisión Europea, en relación con el futuro jefe de la delegación de la oficina de información de la CEE en Madrid, cuenta, en gran parte, en el clima un tanto enrarecido que rodea actualmente las relaciones entre Madrid y Bruselas. Ciertos medios comunitarios aceptan difícilmente lo que califican de interferencias del ministro español encargado de las relaciones con la CEE, en el tema de la oficina de información en Madrid. Asunto, dicen, en vías de definitiva solución.
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