Mas de un millón de obreros pararon ayer en Gran Bretaña

El Gobierno laborista ganó anoche por veinticuatro votos una votación en la Cámara de los Comunes, celebrada tras el debate de urgencia sobre la crisis laboral que llevó ayer a la huelga a más de un millón de trabajadores. El Partido Conservador promovió el debate para mostrar su disgusto por la actitud del Gobierno Callaghan, que no quiere declarar el estado de emergencia. Un resultado adverso hubiese obligado al primer ministro a pedir un voto de confianza.Callaghan se resiste a adoptar esa medida, que ahondaría aún más las discrepancias entre los sindicatos y el Partido Laborista y reduciría por tanto sus posibilidades en las próximas elecciones generales. Ayer, en un discurso pronunciado con motivo de la entrega de un premio de periodismo, el primer ministro británico admitió que el Gobierno ha «sufrido un revés» en sus esfuerzos por mantener la política de contención salarial, pero sugirió que no intervendrá directamente en las huelgas y que no se siente «derrotado».

Los paros fueron protagonizados por los obreros del sistema de transportes privados del país y por más de un millón de trabajadores de los servicios públicos, que ayer decidieron hacer una huelga de veinticuatro horas para sostener sus reivindicaciones salariales.

Callaghan y varios ministros se entrevistaron ayer por la mañana con los líderes de la Federación Nacional de Sindicatos (TUC) para negociar «cuanto antes» un nuevo compromiso sobre precios y salarios. La TUC se ha declarado en contra de la cuarta fase del programa antiinflacionista del Gobierno, que limita hasta el próximo 1 de julio, en un máximo del 5 los incrementos salariales.

Las huelgas de ayer afectaron los servicios de hospitales, limpieza, puertos y aeropuertos y ambulancias. En Londres y otras ciudades importantes, el Ejército y la policía se vieron obligados a hacerse cargo de este último servicio. Los dirigentes gremiales del personal de ambulancias de Londres sólo aceptaron trabajar en los casos de llamadas de urgencia, a lo que incluso se opusieron sus colegas del resto del país.