Los traficantes del patriotismo

Los vascos sufrimos por partida doble la acción nefasta de ese patriotismo. Sufrimos el odio centra.lista que niega las peculiaridades de los distintos pueblos de España, peculiaridades que en Euskadi presentan las formas más manifiestas. El centralismo ha azuzado contra nosotros a los demás pueblos españoles, presentando la realidad de nuestro hecho diferencial, como un privilegio y como una ofensa a los otros pueblos. La lucha de la clase obrera vasca, su resistencia heroica al franquismo, han exacerbado el odio antivasco de los reaccionarios. La propaganda franquista ha inoculado ese antivasquismo a las capas del,pueblo español desposeídas de la más elemental cultura política.Y en Euskadi padecemos, además, la variante abertzale de ese patrioterismo franquista. Nuestros fascistas autóctonos, no son sino el reflejo, la traducción al euskera del fascismo español, del franquismo. Ambos fascismos, de común acuerdo, están destrozando a Euskadi, como primer paso para hundir a España. Porque prefieren una España y una Euskadi rotas y muertas, auna Euskadi y una Espana democráticas, en las que la soberanía pertenezca al pueblo.

Los vascos, los vascos conscientes y orgullosos de nuestra peculiaridad, no somos enemigos de los demás pueblos de España; por el contrario, tenemos ante noso « tros una hermosa tarea, en la que debemos trabajar solidariamente unidos con esos otros puebos. Y debemos empezar la tarea desenmascarando a nuestros traficantes del patriotismo, que, en Euskadi, se disfrazan con el nombre de abertzales.