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La huelga de hostelería de Madrid, error político de CCOO.

Ayer quedó firmado el convenio colectivo de la hostelería de Madrid, sector que integra a unos 70.000 trabajadores, la mayor parte de los cuales iniciaron el pasado martes una huelga, prevista en principio para tres días y desconvocada ayer a la vista del acuerdo en el convenio. La rentabilidad laboral ha sido nula para el sector y las consecuencias políticas derivadas de la misma para las dos centrales que llevaron la negociación (especial mente para CCOO, a cuya instancia se convocó el paro) pueden haber sido muy negativas.

Las mejoras contenidas en el convenio suponen un salario mínimo garantizado de 25.000 pesetas (lo que equivale a un incremento del 15 %sobre el salario fijo y un 17% sobre el garantizado); vacaciones de treinta días; jornada laboral de 44 horas (los trabajadores querían reducirlas a cuarenta); cuarenta horas libres para el ejercicio de sus cargos a los delegados de personal; extensión del plus de ayuda a la cultura para los casos de accidente laboral y creación de una comisión paritaria, integrada por cuatro representantes de cada una de las partes, con funciones de mediación y resolución de conflictos laborales en el sector.Todas estas mejoras, excepto la ampliación del plus de ayuda a la cultura para los casos de accidente laboral, y el nuevo cometido encomendado a la comisión paritaria para el estudio de concesión de una bolsa de vacaciones, estaban contenidas en el acuerdo alcanzado entre las partes el pasado sábado y que debería haber sido firmado el lunes último, día en el que a propuesta de CCOO se convocó la huelga.

Según la versión recogida por EL PAÍS en medios patronales y obreros del sector, la postura de CCOO -que habría sorprendido no sólo a la patronal sino también a UGT, central con la que se llevaba unitariamente la negociación- trataría de perseguir una rentabilidad laboral y política de la huelga que, en la práctica, se habría vuelto contra los intereses tanto políticos como laborales de esta central.

Según esta versión, CCOO, a través del secretario general de su federación de hostelería, habría decidido utilizar a la hostelería de Madrid como testigo de la negociación colectiva del sector a nivel estatal. De esta manera, la postura de endurecimiento mostrada por CCOO en la asamblea del lunes pasado, en la que se decidió la huelga, se habría visto desbordada por la masiva respuesta obtenida por la convocatoria de paro.

De esta manera, el panorama que ofrecía el sector con su absoluta paralización habría preocupado seriamente en las alturas del PCE, de una parte, y del propio secretariado de CCOO, de otra, el cual acababa de manifestar públicamente su postura conciliadora respecto a la conflictividad laboral, especialmente en lo que hace referencia a sectores públicos, como es el de la hostelería.

En éstas condiciones, la patronal -que, eso sí, ha accedido a abonar el salario de ayer pese a que el paro se extendió casi durante toda la jornada- ha salido reforzada de la negociación, en la que la mayor ventaja obtenida por la parte obrera -la comisión paritaria- supone «la reinvención del verticalismo».

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