La ETA y las relaciones Francia-España

«El plan terrorista desencadenado desde el principio de año por los separatistas fanáticos de la ETA y las respuestas, cada vez más frecuentes en territorio francés, de comandos de derecha armados y resueltos a responder golpe por golpe, suscitan una inquietud creciente de una parte y otra de los Pirineos.La mayoría de los comentaristas españolesjuzgan que la ETA es un mecanismo loco que marcha sin control y ciertos órganos de prensa, como El Periódico, de Madrid, acusan directamente "a los comandos de derecha de contar con la colaboración de la policía francesa".

No es una novedad. Los remolinos provocados durante la era franquista por las acciones violentas de los militantes vascos han enTriado muchas veces las relaciones entre París y Madrid. Fue, sobre todo, durante el proceso de Burgos de 1970, en el que Francia fue. acusada de incomprensión y de parcialidad y hasta de complicidad con los adversarios del franquismo. ( ... )

Los tiempos han cambiado y las condiciones de los refugiados españoles en Francia han evolucionado considerablemente desde la instauración de la democracia al otro lado de los Pirineos. (...) El punto de vista francés es que, debido a la evolución democrática de España, no se puede considerar como refugiados a quienes habían encontrado anteriormente asilo en Francia.

El Gobierno Suárez, que tal vez con imprudencia ha metido a su país en una larga campaña electoral, en vez de proseguir activamente la democratización de las estructuras administrativas y de afrontar en priorida.d el quemante problema vasco, cla la impresión de estar desbordadc, por la escalada de violencia y de cólera creciente de las fuerzas del orden.

Para responder a una ola de atentados criminales sin precedentes (trece muertos y cuatro heridos graves desde el 1 de enero), decidió el envío de 2.000 policías suplementarios a las cuatro provincias inquietas dlel Norte. Es escoger el método exclusivo de la represión y agravar uno de los motivos de resentimiento de una población que reprueba, en su gran mayoría, la presencia de fuerzas del orden «extranjeras» a la región.

Sometido a una presión creciente de jefes del Ejército y de la policía, cuyos actos de indisciplina se multiplican, el Gobierno de Madrid ha iniciado nuevas gestiones enérgicas con el Gobierno francés. Marcelino Oreja, ministro de Asuntos Exteriores, se reunió con su colega francés, Jean Frangois Poncet, la semana pasada, en París. ( ... ) Según Oreja, España recibió las seguridades de que más de cien refugiados españoles no se beneficiarán más del estatuto y corren el riesgo de una expulsión.

El Gobierno francés, deseoso de desdramatizar este principio de querella, considera la visita de Oreja como de simple rutina yjuzga, sin,minimizar los riesgos de tensión en el País Vasco francés, que la clave del problema vasco se encuentra, naturalmente, en Madrid.»

16 enero