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El circuito de "footing" de la Casa de Campo ya es inutilizable

El circuito de footing instalado en la Casa de Campo va a cumplir un mes de vida. Su estado es ya lamentable. Sumido en un total abandono, faltan carteles en los paneles y no existen indicaciones para seguirlo. Las promesas de que se iba a restaurar y mejorar se han renovado, pero en la actualidad sigue inutilizable por falta de mantenimiento, pese a que cuenta con un presupuesto de 500.000 pesetas. De nuevo la falta de interés por parte de los dirigentes del deporte es una realidad y el derecho del pueblo a la práctica deportiva se ha convertido en una burla.Las manifestaciones deportivas populares crearon el pasado año una inquietud en las altas esferas del deporte español. Facilitaron a los municipios planes para cómo hacer deporte y Madrid recogió la idea. El Ayuntamiento encargó la construcción de un circuito de vida -como se denomina en toda Europa- a las instalaciones municipales y el 9 de noviembre fue la fecha fijada extraoficiaImente para su inauguración. Pasaron los días a la espera de que el alcalde tuviera un momento libre para inaugurarlo. Cuando llegó, el asesinato de un policía municipal a finales de diciembre impidió al alcalde asistir al acto y decidió que se abriera sin inauguración.

El circuito era perfecto para una puesta en forma adecuada, pero con unos detalles, apuntados en su día, que reflejaban improvisación y ganas de salir del paso. La excusa fue que se trataba de una instalación provisional y que en quince días se adecuaría. Ya ha pasado un mes y no sólo ni siquiera se ha adecuado, sino que también se ha descuidado hasta el extremo de que hoy en día es totalmente inservible.

De los veintiún carteles fijados a los paneles faltan cuatro y otro es ininteligible; flechas para seguir la dirección del circuito faltan dieciocho; adaptaciones del terreno para realizar ejercicios físicos no se han hecho; y todas las señales que se pintaron en el suelo para facilitar la búsqueda de una nueva estación donde realizar ejercicios han desaparecido.

Los usuarios que han llegado hasta el circuito tienen que desistir de hacerlo porque no saben por dónde empezar. Y el estado en que se encuentra no es por culpa del gamberrismo, sino de la irresponsabilidad de unos dirigentes que no se preocuparon del mantenimiento de la instalación realizada. Puestos al habla con ellos, siguen prometiendo: «Habrá unos paneles semejantes a los de las señales de tráfico para que no se deterioren; habrá una senda que irá entre piedras para un perfecto seguimiento del circuito; habrá dos empleados para el mantenimiento del mismo y unas señales de atención para los conductores en los lugares que el circuito atraviese carreteras.» Pero de momento, no hay nada. Carteles que faltan o se estropean por la lluvia o el óxido no son repuestos «porque lleva su tiempo el imprimirlos». y señalizaciones que desaparecieron no se vuelven a pintar porque «para qué si la lluvia las hace desaparecer en diez minutos».

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