Trabajadores y empresa continúan la negociación para evitar un nuevo paro en los ferrocariles
Los trenes han permanecido parados durante veinticuatro horas. Ningún incidente se ha producido en el transcurso de la huelga convocada por los comités de empresa de Renfe y Feve (Ferrocarriles de Vía Estrecha), como medida de presión en apoyo de sus reivindicaciones en la negociación del convenio colectivo para 1979. Las estaciones han sido punto de encuentro de los trab4adores en huelga para celebrar asambleas informativas ante muy pocos presuntos viajeros que no conocían la convocatoria de la huelga.Los trayectos de cercanías en las grandes ciudades, básicos para el transporte de numerosos trabajadores a sus centros de trabajo, han sido suplantados sin grandes problemas por otros medios de transporte y el madrugón de los habituales usuarios del ferrocarril, que trataron de evitar las aglomeraciones en las horas punta. La cuestión pendiente a última hora de anoche era la reanudación de los tráficos ferroviarios a partir de las ocho de la mañana de hoy. La vuelta a la normalidad exigirá un considerable esfuerzo de los empleados de Renfe, así como un plazo de tiempo para asimilar las perturbaciones provocadas por la huelga de veinticuatro horas.
A lo largo de la tarde de ayer, al igual que el día anterior, el comité negociador del convenio estuvo reunido con directivos de la empresa y el presidente de las deliberaciones discutiendo los distintos puntos conflictivos del convenio,.
Alcance del paro
La huelga ha afectado a casi 4.000 circulaciones de trenes de viajeros o de mercancías y a 370.000 potenciales usuarios. Las personas con billete para el ferrocarril y que no han podido utilizarlo por la huelga podrán recuperar su importe o canjear el billete por útro similar. Las mercancías retenidas se transportarán a lo largo de los próximos días, con pérdida de alguna fecha en,su entrega. Los trastornos económicos a la empresa serán muy bajos, en opinión del director general de la red, ya que las pérdidas por billete no vendidos se compensan con los 160 millones ahorrados por el impago de lasjornadas laborales a los huelguistas.
En Madrid, el último tren que entró en estación procedía de Galicia y lo hizo con una, horade retraso -once de la mañana-. En los trenes que salieron el día anterior de Madrid con destino a la periferia, se produjeron retrasos sensibles en los destinados a Galicia y a Algeciras.
Salarios y déficit
Los puntos en litigio en la negociación del convenio son básicamente cuatro:
En primer lugar, el aumento salarial. El comité partió de una demanda del 18 %, a la que la empresa contraofertó con un 11 %. En estos momentos hay serias posibilidades de acuerdo en torno a un 13%, con un plus de hasta un 2%, con el compromiso de mayor productividad. En este punto ha tenido especial relevancia el contenido del decreto Abril de control de rentas, especialmente en el caso de empresas públicas deficitarias o con salarios superiores a la media del sector. El carácter de empresa deficitaria en el caso de Renfe ha sido objeto de múltiples matizaciones. Los trabajadores coinciden con la empresa al señalar que el déficit de Renfe se debe a las tarifas políticas en los trayectos de cercanías, que no cubren costes, al mantenimiento de líneas de bajo tráfico por razones sociales y políticas de servicio público, a la necesidad de amortizar las infraestructuras de la red y a la deficiente gestión de la dirección (este punto no es señala do por la empresa).
Ambas partes destacan, que frente a un déficit de unos 38.000 millones de pesetas en el pasado año (36% de los gastos totales), los ferrocarriles alemanes registran, con mejor servicio, cifras quince veces superiores, y los franceses, diez veces.
El segundo punto en litigio se refiere a la jornada laboral. Los trabajadores demandan el establecimiento de la semana de cuarenta horas y la eliminación, en lo posible, de las horas extraordinarias. Se estima que ambas decisiones supondría la contratación de unos 15.000 nuevos empleados de Renfe. La empresa considera negociables a medio y largo plazo estas cuestiones, pero no acepta nada más que una reducción de la jornada a 42 horas a partir de 1981.
La tercera cuestión difícil de acuerdo es la regulación de la acción sindical en la empresa y el cobro a través de la nómina de las cuotas sindicales.
En último término, se sitúa el tema de la inclusión en el convenio de 1.500 directivos excluidos hasta ahora y sometidos a unas condiciones especiales. Las centrales consideran desproporcionada la cifra de personal excluída y reclaman su inclusión en el convenio. Se comprometen a respetar sus derechos adquiridos y un abanico salarial de primera a última categoría similar a la existente en otras em presas del sector. La empresa señala que los excluídos no quieren incorporarse al convenio y pretenden negociar por su cuenta.
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