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El Madrid, campeón por consenso

Ya se ha producido el consenso para la Liga de este año; será campeón el Madrid porque así lo han decidido quienes tienen fuerza en Primera División. En el consenso no se ha incluido el Spórting de Gijón, pero da lo mismo porque por mucho que se empeñe no podrá lograr un estatuto de aspirante al titulo. Aunque el Madrid no fue capaz de ganar en Vallecas al disminuido Rayo, al que este año le ha derrotado hasta el Valencia; Barcelona, Atlético, Las Palmas y Athlétic hicieron lo posible para que no perdiera ventaja.

Los clubs importantes de Primera División, con su natural flojera, le van a dar el campeonato al Madrid. Y eso, además de aburrimiento general, nos va a traer otro problema; no podremos decir que el Madrid es el equipo del régimen. Y sí al Real no podemos acusarle ni de eso, ya me dirán en que nos dejan el fútbol.Un rumano, dos señores que se han quedado con las ganas de ser directivos y un ex presidente de club de primera, especialista en agredir árbitros, se han empeñado en crearle una fuerte crisis a la Casa Blanca y como ha sucedido casi siempre, cuanto más se insiste en el tema menos problemas reales se producen en el seno de la institución. Las historias de pequeño comité cuando Santillana mete goles de tijera al socio le traen sin cuidado. Teóricamente, también la Liga de baloncesto la iba a perder este año el Madrid. Pues bien, un par de equipos catalanes le han arreglado la cuestión. Sin Bernabéu y sin Saporta el Madrid también gana. A los jardineritos de la nostalgia se les quiebran los argumentos cada siete días.

El problema del actual presidente del Madrid, Luis de Carlos, es que, al contrario que su antecesor, escucha a cuantos entienden que tienen algo que decir. Ahora le han calentado la cabeza con el retorno de Ramón Mendoza. Si no recuerdo mal, una nota oficial del club explicó que el vicepresidente segundo se tomaba un tiempo de «excedencia» para resolver problemas personales y que, una vez que estuviera en condiciones de trabajar normalmente en el club, se reintegraría a sus funciones. Mendoza ha cerrado su pleito con una revista de un modo satisfactorio y, por tanto, puede dedicarse de nuevo a las tareas directivas. Sólo en el caso de que la nota oficial del club hubiera escondido alguna desconocida intención cabría la posibilidad de cuestionar la reincorporación.

Ramón Mendoza no ha dejado de ser, en ningún momento, vicepresidente del Madrid. Para que ahora no ocupara de nuevo su cargo tendría que producirse una situación excepcional; la apertura de un expediente disciplinario. Este expediente, según señalan los estatutos de la sociedad sólo puede abrirse cuando existe una causa.

Todos los problemas de las actitudes pasivas o temerosas de Luis de Carlos tienen su trasfondo en aquella operación consensual que le llevó a la presidencia. Aquella reunión que no sirvió de gran cosa, porque la mayoría de quienes le dieron su aprobación no poseen fuerza alguna, le hipotecó el futuro. Luis de Carlos debe olvidarse ya de sus supuestos compromisos.

El Madrid evitó la salida lógica de la situación a que le llevó la muerte de Bernabéu, es decir, las elecciones, y ello indudablemente ha tenido un precio. Pero más entidad tienen esos socios de las gradas altas, a quienes no se ha consultado nunca, que esos cuatro vanidosos a quienes algunos dan la importancia que no tienen.

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