Los asesinos del gobernador militar de Madrid no han sido capturados
A las cinco de la tarde de ayer, siete vascos fueron detenidos en el kilómetro 101 de la carretera nacional 1 -en las proximidades del término municipal de Cerezo de Abajo, provincia de Segovia-, cuando circulaban en tres vehículos procedentes de Madrid y en dirección norte. Los detenidos, interceptados en el segundo control establecido por la Guardia Civil en el puerto de Somosierra, fueron trasladados al cuartelillo de la menciona da localidad segoviana para proceder a su identificación. Cuatro de ellos, que viajaban a bordo de una furgoneta Mercedes, fueron puestos en libertad poco después, al comprobarse su identidad y su pertenencia a un conjunto músico-vocal. Los otros tres, arrestados bajo sospecha de pertenecer a la organización ETA, fueron trasladados horas después a la Dirección General de Seguridad de Madrid.
Poco después de las seis de la tarde, la agencia Efe interrumpió su servicio para lanzar un flash en el que comunicaba la detención de los autores del asesinato del general Ortín, extremo éste que la propia agencia tendría que rectificar cuatro horas más tarde. Inmediatamente después de que Efe lanzara la noticia, Radio Nacional de España cortó su programación para darelavance.Las informaciones relativas a la captura del presunto comando de ETA arrancaban del hecho de que entre los tres detenidos figuraba un joven llamado Ignacio Múgica Arregui, a quien confundieron inicialmente con el antiguo dirigente de ETA político-militar José Ignacio Múgica Arregui, conocido por los apodos de Ezkerra y Zurdo.
Las detenciones de los siete vascos se produjeron de la siguiente manera, según informaron a EL PAIS miembros de la Guardia Civil que se encontraban de servicio en Cerezo de Abajo. Hacia las cinco de la tarde, el control establecido en el kilómetro 101 de la carretera N-1 identificó a Lorenzo Artola Zaralegui, uno de los vascos que viajaban a bordo de un Renault-12, matrícula SS-9755-K. Pasado el control, el vehículo -volvió sobre sus pasos para comprobar, al parecer, lo que ocurría con los ocupantes, vascos también, de un Seat- 1430, matrícula M-779019, según afirmaron miembros de la Guardia Civil.
La citada maniobra levantó sospechas y provocó la detención de los ocupantes de los otros dos vehículos. En el segundo de ellos viajaban Ignacio Múgica Arregui (veintinueve años, biólogo, natural de la localidad guipuzcoana de Tolosa, miembro al parecer del partido político legal Liga Comunista Revolucionaria) y Marcelino Echániz Landa.
Minutos después fueron detenidos en el mismo control los cuatro ocupantes de una furgoneta Mercedes, matrícula SS-95929, que también eran vascos.
Los siete jóvenes fueron trasladados al cuartel de la Guardia Civil de Cerezo de Abajo, donde se les tomó decIaración y donde se personó con urgencia el comandante de la Guardia Civil de la zona, teniente coronel Vallejo. También el gobernador militar de Segovia, general Val-Carrere, se presentó en el lugar, así como otros mandos de la Guardia Civil. En todos los casos, con la convicción de que los capturados podían ser en efecto los autores del asesinato del general Ortín.
Durante dos horas, los siete jóvenespermanecieron en el cuartelillo. Los cuatro músicos que ocupaban la furgoneta fueron finalmente puestos en libertad, mientras que los tres restantes (Múgica Arregui, Echániz Landa y Artola Zaralegui) eran trasladados a la Dirección General de seguridad de Madrid.
Ante las imprecisiones de las noticias, EL PAIS se puso en contacto con diversas fuentes del País Vasco, que a esa hora localizaron a Ignacio Múgica Arregui en la imprenta Itxaropena de Zarauz (Guipúzcoa), donde en ese momento estaba verificando las pruebas de una publicación de la editorial Hórdago, de la que es director. Entre tanto, las agencias Efe y Europa Press insistían en que uno de los detenidos era Ezquerra.
Al enterarse de la acusación gravísima que pesaba contra él y que se estaba difundiendo en los medios de comunicación, Ezkerra se puso en contacto telefónico con el Gobierno Civil de San Sebastián, adonde anunció su llegada en compañía de un abogado.
El gobernador civil de Guipúzcoa, Antonio Oyarzábal, manifesiaba, por su parte, a EL PAIS que en el propio Ministerio del Interior, con el que permanecía en contacto, se mostraban bastante escépticos sobre las informaciones de marcado carácter triunfalista que estaban difundiendo los medios de comunicación. Prueba de ello es que a, las diez de la noche seguían manteniéndose con idéntico rigor los controles policiales en las carreteras de acceso y salida de Madrid.
El propio Ministerio del Interior realizaba por su parte gestiones en el País Vasco para localizar a los ocho hermanos del etarra Múgica Arregui. A las diez de la noche se conocía el paradero de todos ellos, incluido un hermano que cumple el servicio militar en Córdoba y que a media tarde se pensó que podía ser el detenido en Somosierra.
Por otra parte, un teniente de la Guardia Civil que participó en la operación manifestó a las nueve y media de la noche que ninguno de los vehículos retenidos transportaba armas y que todas las documentaciones, tanto de vehículos como de ocupantes, se encontraban en regla.
Sobre los tres detenidos, que al fin, LI fueron trasladados a la Dirección General de Seguridad, el párroco de la localidad de Beasaín (Guipúzcoa), Tomás Arregui Arámburu, declaró anoche a EL PAIS que «eran tres chicos bastante normales y que habían viajado a Madrid en un coche para recuperar otro que les había sido robado y que apareció en la capital española», Sobre la confusión creada en torno a Ignacio Múgíca Arregui hay que señalar que el ex etarra Ezkerra no cesó anoche de hacer declaraciones a los medios informativos desde Zarauz, después de identificarse en el Gobierno Civil de San Sebastián en compañía de un bogado.
La confusión informativa creada en las primeras horas de la tarde por la agencia Efe y difundida por las emisoras de radio y televisión ha estado apoyada por la falta de información oficial. En Cerezo de Abajo hubo informaciones contradictorias. En el cuartelillo de la Guardia Civil de esta localidad se informó a los enviados de EL PAIS a través de una mirilla, «por medidas de seguridad», y luego se les exigió la documentación cuando un fotógrafo intentó captar una imagen del cuartelillo donde fueron interrogados los detenidos. La Dirección General de Seguridad no hizo público ningún comunicado oficial. Sólo a partir de las doce de a noche, la Dirección General de a Guardia Civil difundió un comunicado confirmando la detención de los tres vascos mencionados, sin manifestar que tuvieran relación alguna con ETA y con el atendo al gobernador militar.
A última hora de la noche de ayer se sabía tan sólo que el episodio de Somosierra no había hecho avanzar en absoluto las investigaciones policiales para detener a los autores del asesinato del general Ortín. A falta de cualquier información, seguía en pie la hipótesis del día anterior de que aún podrían encontrarse en Madrid.
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