Terminó sin incidentes la huelga de Iberia
Con escasas incidencias, al margen de tener que servirse los propios pasajeros alimentos y bebidas, transcurrió la huelga de veinticuatro horas convocada por los auxiliares de vuelo de Iberia. La intervención del Gobierno, obligando por decreto a los auxiliares a cubrir los mínimos de plantilla y las funciones exigidas por las normas internacionales, y el acuerdo entre la compañía y el comité de huelga para cumplimentar lo dispuesto por el mencionado decreto, evitó la suspensión de los vuelos programados y el que más de 150.000 usuarios se quedaran en tiempo en los aeropuertos.
La compañía Iberia dispuso bolsas de alimentos y refrescos, que los pasajeros encontraban encima de sus asientos, ya que los auxiliares de vuelo -en cumplimiento estricto del decreto- se limitaban a contar el número de pasajeros, vigilar que llevaran puestos los cinturones de seguridad y que no fumaran en despegues y aterrizajes, y leer las normas de IATA. Tan sólo un 5 % de los auxiliares que ayer prestaron servicio, según el comité de huelga, lo hicieron voluntariamente. La solidaridad de los trabajadores de tierra de Iberia, según el citado comité, habría provocado progresivos retrasos, al proceder a un cumplimiento riguroso de las normas, que hacia las siete de la tarde alcanzaría una media de seis horas. Fuentes de la dirección de Iberia, sin embargo, calificaron los retrasos como habituales y no directamente relacionados con el paro de los auxiliares.Por otra parte, según el comité de huelga, Iberia habría tenido que suspender un vuelo con Zaragoza y contratar el servicio de otras compañías (Spantax, entre otras) para algunos de sus vuelos programados, al faltar aviones, como consecuencia de los retrasos. Fuentes de la compañía precisaron que el vuelo de Zaragoza había sido suspendido el día anterior, y que la huelga únicamente había influido en que ayer no pudiera recuperarse. La falta de aviones DC-9, por los problemas surgidos en días anteriores en los talleres de revisión y mantenimiento, obligó a Iberia a contratar con Spantax aviones para el servicio Barcelona-Palma, según la compañía Iberia.
La solidaridad internacional, de la que había hablado en jornadas anteriores el comité de huelga, tuvo escasa incidencia en el conflicto. Los aviones de Iberia no quedaron paralizados en los aeropuertos extranjeros. Fuentes del comité se refirieron a malentendidos surgidos entre los afiliados a la internacional ITF, que no sabían, al ver aterrizar aviones de Iberia, si existía o no huelga.
La normalización del servicio, por otra parte, fue anunciada por Iberia para las doce de la noche de ayer.
A lo largo de la jornada no hubo incidentes entre los auxiliares de vuelo y los comandantes o los pasajeros, según fuentes del comité de huelga. En los próximos días se intentará llegar a algún tipo de acuerdo para evitar que el paro de los auxiliares de vuelo de Iberia vuelva a repetirse, tal y como tienen anunciado, los próximos días, 27 y 28 de diciembre. Iberia, con respecto a este conflicto, insiste en que se encuentra entre la espada y la pared: los auxiliares de vuelo, por una parte, quieren negociar un convenio para todo el personal de vuelo de la compañía; los técnicos (pilotos afiliados al SEPLA y mecánicos), por otra, no quieren negociar un convenio junto con los auxiliares de vuelo. Precisamente este punto, junto al incumplimiento del convenio vigente y el trato que reciben de los comandantes, han sido los motivos aducidos por los auxiliares de vuelo para la convocatoria de huelga.
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