El tema de la sindicación enfrenta a las dos tendencias internas del PSUC
Tal y como era previsible, ayer subió el tono de las discusiones en la Segunda Conferencia nacional del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), al debatirse el controvertido problema de la posible sindicación de los comunistas catalanes en sindicatos unitarios, existentes en los sectores de Enseñanza y Administración pública. Esta cuestión enfrenta, desde hace meses, a la tendencia bandera blanca o socialdemócrata con la leninista, esta última mayoritaria en el seno de las Comisiones Obreras catalanas.En su presentación del tema, José María Rodríguez Rovira, antiguo dirigente leninista moderado que en los últimos tiempos se ha convertido en uno de los más próximos colaboradores del secretario general, apuntó algunos nuevos matices en los cuales ayer se centraba la discusión. Así, la doble militancia acordada por el último congreso -es decir, la militancia en CCOO y, en su caso, en el correspondiente sindicato unitario- pasaría a transformarse en «fortalecimiento de CCOO», pero con posibilidad de militancia en uno de los dos sindicatos unitarios existentes. En definitiva, la doble militancia sindical se transformaría en posibilidad de opción sindical por parte de los militantes de los dos sectores reseñados.
Estos matices eran en parte obligados por la postura del Sindicato de la Administración de Cataluña (STAC), el cual se pronunció contra la doble afiliación en su último congreso. Los matices no satisfacían a los leninistas, partidarios de militar unicamente en CCOO. La discusión sobre este punto proseguirá y se concretará en el día de hoy.
En la mañana de ayer, la conferencia aprobó, sin ningún voto en contra y una sola abstención, el informe presentado por el secretario general del PSUC. La única abstención correspondió al bandera blanca, Eduardo Carbonell, ex responsable político del PSUC en Gerona y ex miembro del Comité Central, organismo del que presentó su dimisión el pasado 9 de abril, en el marco de la gran crisis que se produjo entonces.
Con relación al informe del secretario general, las críticas provinieron de los leninistas y se centraron en tres expresiones: la alusión a la intransigencia («Hay que arrancar de nuestro partido la intransigencia»), la diferencia de intereses («un partido que quiere ser de masas, ha de conciliar intereses diferentes») y la alusión al obrerismo («marginando la esterilidad del sectarismo, del obrerismo, eliminando los tics elitistas»).
Los leninistas se habían considerado aludidos con las expresiones de « intransigencia » y «obrerismo», mientras que consideraban ideológicamente inaceptable que se hablara de «intereses diferentes». En la discusión lograron suprimir, el término obrerismo -así como el de elitismo, que apuntaba en sentido contrario al anterior- mientras se mantenía la palabra intransigencia -con relación a la cual se explicitaba que aludía a todo tipo de intransigencia- y también se mantenía la expresión «intereses diferentes», con la precisión de que éstos, al darse dentro del PSUC, no son antagónicos.
En el curso de la discusión se aludió a los problemas acaecidos hace unos meses en Tarrasa, donde se expulsó a un dirigente leninista del comité local, por mayoría de dos votos, lo cual provocó ocho dimisiones en el seno del mismo comité. También se informó -lo cual constituye una novedad de primer orden- que el comité ejecutivo del PSUC acordó en su última reunión proponer al comité del PSUC en la fábrica SEAT, pionera del movimiento obrero comunista catalán bajo el franquismo, que presente colectivamente su dimisión. Denttro del mismo y con relación a Comisiones Obreras, se habían producido fuertes discrepancias en los últimos meses.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.