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Reportaje:El deporte español camina hacia la autogestión

Los profesionales han iniciado su lucha contra las Federaciones

Algo ha empezado a cambiar en el deporte español. Proliferan las iniciativas de deporte popular en toda España, y, al propio tiempo los profesionales de algunas especialidades han decidido iniciar por su cuenta la lucha por unas mejores condiciones laborales, que los organismos oficiales han sido hasta ahora incapaces de ofrecerles. Durante años el ciudadano español se ha abandonado a manos de dirigentes deportivos incompetentes, pero ahora parece cobrar conciencia de ese error y se ha puesto en marcha.

El año que se cierra ha sido un año de revoluciones en el deporte español; la más sonada y significativa, pero no la única, fue la creación de la Asociación de Futbolistas, que aún no ha cumplido el primer año de edad, pero ya ha hecho el suficiente ruido como para que la problemática que dio lugar a su creacion sea suficientemente conocida. La profesión de futbolista es una auténtica bicoca para algunos titulares de clubs grandes, que ganan millones al año sin mucho esfuerzo, pero para otros muchos es un trabajo que no reúne las mínimas condiciones de dignidad. Hasta ahora, los futbolistas han trabajado sin garantía de cobro, sin seguridad social y sometidos al derecho de retención por parte de sus empresas. Además, sus pleitos de carácter laboral eran resueltos en el seno de una federación que no es otra cosa que una patronal de clubs, y en la cual carecían de representación y de fuerza.La huelga como amenaza

Un día se presentó en una concentración de internacionales un abogado con ideas, José Luis Carceller, y expuso a los internacionales su proyecto de crear una asociación de futbolistas con visos de sindicato, al estilo de los que existían en muchos países. En no muchos meses la AFE estaba constituida. Gastó no poco tiempo -desde enero hasta pasado el verano- en tratar de hacerse oír por la Federación para exponer sus peticiones, a fin de que pudiesen ser estudiadas en la asamblea general, órgano supremo del fútbol. Pero Porta les esquivó y consiguió que la asamblea pasase por alto estas peticiones. La AFE, entonces, amenazó con la huelga y consiguió gracias a ello que sus afiliados cobrasen atrasos por valor de 140 millones de pesetas, cantidades de las que eran deudores cuarenta clubs y casi doscientos jugadores; y consiguió, además, que en el Ministerio de Trabajo comenzasen los estudios para la redacción de una ordenanza laboral del futbolista, que ya está prácticamente ultimada. Los futbolistas esperan, ahora abolir el humillante derecho de retención y confían en entrar en la Seguridad Social.

El movimiento de los futbolistas sirvió para que el Consejo Superior de Deportes iniciara a su vez sus trabajos para la elaboración de un estatuto laboral del deportista, proyecto que tenía desde hacía tiempo, pero que no se había decidido a acometer seriamente. Naturalmente, dicho proyecto va a remolque del que se estudia en el Ministerio de Trabajo para los futbolistas, pues éstos constituyen una importante mayoría en el panorama de los deportistas profesionales es

pañoles.

El movimiento se extiende

También en ciclismo se ha movido la base; los ciclistas profesionales se constituyeron, en agrupación, aunque en su caso la fortuna no ha acompañado sus gestiones. Pero la mecha estaba prendida, y pronto se sumaron los judokas, hombres que explotan gimnasios en los que dan clases de su especialidad deportiva. Su actividad laboral está controlada por la Federación, y este control no gusta nada a los judokas; la Federacion no se ha interesado nunca por mejorar sus condiciones de trabajo y les cobra un impuesto al que ellos no encuentran razón de ser. Por todo ello, los judokas acudieron a Carceller, el abogado de los futbolistas, para que éste les asesorase en la constitución de una nueva asociación, que no hace mucho se puso en marcha.

También los entrenadores de fútbol, con trabajo inestable, inseguridad en el cobro y sin seguridad social, han desistido en su esperanza de que la Federación se interese por sus condiciones laborales y han tomado recientemente el mismo camino. Hace pocos días celebraron en Madrid su asamblea de constitución, en la que Joseíto fue nombrado presidente. Los pelotaris profesionales proyectan seguir el mismo camino

Cuando Castejón llegó al cargo de director del CSD manifestó que su deseo era que el deporte se rigiese a sí mismo. En esa línea estaba orientado su proyecto de unas federaciones democráticas, en las que cada presidente sería elegido por los hombres de su deporte; lamentablemente, aquellas elecciones fueron una burla, y la autogestión de los deportes tuvo que esperar. Ahora parece haberse puesto en marcha poco a poco, y Castejón ha traicionado aquellas palabras suyas con actitudes recientes en las que no ha demostrado gran entusiasmo por estos movimientos. Pero pese a la reacción de muchos -exagerada en el caso de Porta, presidente de la Federación de Fútbol-, el movimiento está en marcha. Los profesionales quieren unas condiciones laborales serias, y ahora a los organismos deportivos les toca chupar rueda.

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