Coplaco: "La ley general de Carreteras es una de las normas más absurdas del país"
«La aprobación de los proyectos de las autopistas de Madrid a Guadalajara y Toledo (A-2 y A-4) se ha hecho en el marco de la ley Nacional de Carreteras de 1974, una de las normas más absurdas del país.» Esta afirmación, hecha a EL PAIS desde la Comisión para el Planeamiento del Area Metropolitana (Coplaco), es prueba del malestar creado entre este organismo y el Ministerio de Obras Públicas torno a la construcción de las citadas autopistas.
La raíz de este malestar surgió cuando Coplaco aprobó inicialmente el Plan Básico de Infraestructura de Transporte, en el que estaban incluidos los tramos de autopistas a Toledo y a Guadalajara. La reacción general, tanto por parte de entidades vecinales como por el Colegio de Arquitectos, fue de una total oposición al plan. Ante esta situación, el equipo de Joaquín Garrigues decidió archivar el Plan y, sin embargo, en el Consejo de Ministros celebrado el día 15 de julio de este año se aprueba que salgan a concurso ambas autopistas.La fecha de cierre de este concurso tendría que ser el día 20 de este mes, aunque por la ausencia de licitantes se ha visto prorrogada un mes más.
El descontento que ante estos proyectos han manifestado algunos integrantes de Coplaco se suma también al de la recientemente creada Coordinadora Contra las Autopistas de Peaje A-2 y A-4. Esta entidad está formada por grupos ecologistas y por las asociaciones de vecinos de San Fermín, San Cristóbal de los Angeles, Almendrales, La Unión, Villaverde Bajo, Usera, Orcasur, Poblado Dirigido de Orcasitas, Villaverde Alto, La Elipa, Canillejas, Getafe, Pinto y Alcalá de Henares.
Uno de los puntos de vista en común que todos ellos tienen es el marco legal en el que han salido las autopistas. Esta ley faculta a la Dirección General de Carreteras a construir redes viarias sin que éstas respondan forzosamente a un plan urbanístico determinado. Es decir, que tanto industrias, edificios o equipamientos tienen que adaptarse a esa nueva red viaria. Este parece ser el caso de la A-2 y la A-4.
Las denuncias de la Coordinadora y de grupos ecologistas, como Gato, Aepden y Grupo de Transporte del Sur, señalan sobre esta misma base que las motivaciones reales que han inducido a la aprobación de los proyectos de autopistas son intereses económicos de sectores de la construcción, inmobiliarios, bancarios y comerciales, y no la necesaria mejora del transporte en la zona sur de Madrid.
Otras de las razones para la oposición a la construcción de las autopistas son su alto coste -unos 50.000 millones de pesetas- y su dudosa utilización. Esa cantidad podría resolver una red de ferrocarriles periféricos de la provincia de Madrid y quedar así solucionado el problema del transporte. En cuanto a la supuesta utilización masiva de las autopistas en los corredores de Madrid-Guadalajara y Madrid-Toledo, parece difícil debido a que el precio del viaje será aproximadamente de dos pesetas por kilómetro. Así, un cálculo medio aproximado, permite decir que el viaje en automóvil desde Alcalá de Henares a Madrid costaría unas sesenta pesetas.
Otro de los defectos que la Coordinadora y los ecologistas ven al proyecto es el impacto ambiental que supondrían: destrucción de un pinar como el de la Elipa, contaminación, humos, ruidos y, especialmente, una concentración urbana sin planificación.
Algunos partidols políticos se han pronunciado ya también en contra del proyecto. Además del PSOE y el PCE, la ORT y el PTE estudian también la forma en que el plan pueda quedar fuera de concurso.
El PSOE expuso hace tiempo su negativa a la construcción de estas autopistas por razones muy similares a las aducidas por la coordinadora vecinal y los ecologistas. Hay que íener en cuenta, además, el efecto urbanístico de las autopistas en cuanto a la revalorización del suelo.
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